Mejor definición no puede existir para el subsecretario de prevención y promoción de la salud del gobierno federal, Hugo López Gatell, a propósito de sus más recientes declaraciones sobre la falta de medicamentos para los niños con cáncer.

Su poder político se ha incrementado tanto en los últimos días que es capaz de opinar prácticamente de todo, a sabiendas que nadie lo podrá reprender o mover excepto el presidente de la República, quien no lo hará en virtud de que desde su perspectiva ha hecho el mejor trabajo en materia anti Covid-19 a nivel global y debe continuar en esa función.

En esta tesitura, en su más reciente y polémica entrevista en Canal 22 se atrevió a decir, palabras más palabras menos, que los reclamos de los padres de los niños con cáncer tienen la intención de dar un golpe de Estado a la actual administración.

El subsecretario se ha vuelto tan importante estratega para la 4T que durante la “mañanera” del 29 de junio el titular del ejecutivo evitó opinar sobre los dichos del primero para no correr el riesgo de contradecirlo, cosa que no ha sucedido con otros funcionarios de mayor nivel como el secretario de Hacienda y Crédito Público, a quien en público le corrigió la plana sin miramiento alguno.

Detenta tanto poder político que él decide cuando se cancela la conferencia vespertina y cuando se vuelve a realizar; si se compran medicamentos contra el cáncer o no y donde; si se aprueban las vacunas anti Covid-19 en México, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) diga lo contrario.

Además su plataforma mediática adquirió tanta proyección que uno de sus más cercanos colaboradores durante el tiempo que duró la conferencia para informar sobre el comportamiento del Covid y la disponibilidad de camas en los hospitales, José Luis Alomía Zegarra, será el Secretario de salud en el gobierno del Alfonso Durazo en el estado de Sonora.

Sin embargo, el trabajo del subsecretario ha sido tan contradictorio y errático que en fechas recientes algunos profesores se manifestaron en contra de haber sido vacunados con el “biológico” CanSino sin haberles informado que su efectividad era de las más bajas del mundo y no haber sido aprobada por la OMS, por lo que no está siendo suministrada en Europa.

En el mismo sentido, varias personas adultas de entre 40 y 49 años de edad decidieron no aplicarse la vacuna Astra Zeneca debido a que ha sido difundida mucha información (persona a persona y en redes sociales) sobre los efectos nocivos que tiene, entre ellos dificultades para caminar por problemas en las venas de las piernas y detección de coágulos en el cerebro, por lo que han buscado la forma de vacunarse con Pfizer, que según la misma información, tiene una mejor eficiencia y ya ha sido aprobada por la OMS.

Ejemplo de lo anterior es lo sucedido en la ciudad de Puebla donde el lunes pasado concluyó la fase de vacunación correspondiente a 40-49 años con Astra Zeneca y se observó una escasa afluencia de personas, excepto en los 2 hospitales donde fue suministrada la vacuna Pfizer, donde hubo más gente. Tan escasa fue la asistencia a los centros de vacunación que el sábado por la tarde algunos comunicadores locales invitaban a las personas a que acudieran a vacunarse en el menor tiempo y mínimos requisitos.

Pero volviendo al tema de los niños con cáncer, ha sido tal la falta de sensibilidad y empatía del subsecretario López Gatell con las familias y con los menores de edad que ni el presidente de la República secundó sus declaraciones pero tampoco le dio las gracias, aprovechando que la “temporada de bajas” ha comenzado en Palacio Nacional con el reciente despido de la directora del sistema de transporte colectivo “Metro”, Florencia Serranía, luego de 56 días del accidente de la Línea 12 del Metro, y la más reciente salida del coordinador nacional de los “superdelegados” del bienestar Gabriel García Hernández y su delegada en la CDMX Cristina Ruiz,  estos últimos por los magros resultados obtenidos en las elecciones del 6 de junio.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here