Algo tendrá que hacer el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, para contribuir con el bienestar, la transparencia, la justicia y la democracia en el sindicato de trabajadores del Ayuntamiento capitalino.
Pero, sobre todo, para intervenir y evitar más irregularidades en el llamado Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y Organismos Públicos Descentralizados (Suethapipopd) “Lic. Benito Juárez García”.
Así es, el gremio controlado y manipulado por Gonzalo Juárez Méndez, quien le jugó las contras a Lalo Rivera en la elección pasada.
Son muchas las irregularidades detectadas, y denunciadas públicamente, por los mismos empleados municipales, desde el desvío de recursos para hacer campañas políticas, hasta “gastos extraordinarios” para presuntamente beneficiar los intereses personales de Gonzalitos.
Los últimos dos graves problemas en los que está inmiscuido el líder charro municipal es el resguardo y desaparición de las lajas originales del zócalo, las cuales fueron retiradas en la gestión del priista Enrique Doger Guerrero.
Ese material fue depositado en el Parque de Maquinaria, ubicado en la manzana 15 de la Unidad Habitacional La Margarita, espacio controlado por el mismo Gonzalo Juárez.
Desde el 23 de junio pasado publique en Posdata el problema al que podría enfrentarse el líder del gremio del municipio por haber desaparecido las lajas del zócalo de la ciudad, las cuales, insisto, quedaron a su cargo.
Y el segundo problema, el manejo irregular de 79 millones de pesos, de las cuotas de los trabajadores, quienes muy bondadosamente, por indicaciones de Gonzalitos, se dieron a la tarea -en la campaña pasada- de invertir su dinero para hacer proselitismo y regalar de todo en las colonias de la ciudad.
Eso sí, vía Gonzalitos, quien es el que se luce y queda como un gran ser humano, magnánimo y caritativo.
El sindicato de la Comuna poblana es, realmente, un cochinero provocado por sus líderes, quienes históricamente se han beneficiado con las cuotas de los trabajadores, pues de la nada han pasado de ser simples empleados a personajes millonarios.
Gonzalo Juárez es igual a otros líderes sindicales, por lo que parece muy buen momento, por el cambio de gobierno, para que la normatividad que rige al gremio sea modificada, a fin de evitar que los secretarios generales del sindicato, sus líderes, permanezcan más de 3 o 4 años como representantes.
La reelección en el gremio, o la permanencia vitalicia del líder, sólo ha servido para llenarle sus bolsillos de dinero y para echarlos a perder porque hasta en la cárcel han terminado.
Ojalá que Lalo Rivera, apoyado por la base trabajadora del Ayuntamiento de Puebla, trabaje e intervenga para igual en el sindicato se dé un cambio de rumbo y terminen los abusos.
Eso sí, mientras Gonzalo Juárez tendría que explicar su proselitismo a favor de Claudia Rivera Vivanco, actual edil, y los gastos personales que le adjudica al sindicato como la contratación de 9 ex militares que laboran en su propiedad.
Por cierto, el flamante líder sindical de la Comuna tiene al personal que atiende sus servicios armados hasta los dientes, además que cuenta con una persona a cargo de un drone que la hace de vigilante por si a alguien se le ocurre sobrevolar su casa sin permiso.
El drone, incluso, junto con su operador, están autorizados para derribar cualquier otro aparato igual que no esté autorizado a observar la propiedad de Gonzalitos.
Sería bueno, además, que explique de dónde salieron todos los vehículos que tiene en la cochera de su casa, quién paga a los choferes que tienen todos los miembros de su familia y toda la servidumbre con que cuenta, como nuevo rico, tan sólo por ser líder sindical.
Porque seguro que en muchas de las auditorías que realiza la ASE al Ayuntamiento de Puebla va a salir raspado Gonzalitos y el presunto manejo irregular de los recursos del sindicato que representa.
Ya lo verán.
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