Nunca segundas partes fueron buenas, sin embargo en el caso de Aguililla, Michoacán, el gobierno de la República está convencido de que la violencia se resolverá a través de programas sociales aplicados de manera integral, nada nuevo bajo el sol ya que todo parece indicar que será una mezcla de la estrategiaTodos somos Juárez” emprendida por Felipe Calderón en marzo de 2010 en Ciudad Juárez, Chihuahua y la emprendida por Enrique Peña Nieto en enero de 2014 bajo la figura del Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral en el estado de Michoacán.

Si nos guiáramos por lo concreto de la demarcación y la preminencia de los programas sociales por encima de los de carácter operativo la estrategia de Aguililla en 2021 se parece más a la emprendida en Ciudad Juárez en 2010, con alguna diferencia semántica ya que ahora todo lleva el apellido bienestar.

Sin embargo en el caso de Ciudad Juárez jamás se renunció a la aplicación de la ley y para resolver el problema de la inseguridad fueron detenidos los principales generadores de violencia y se evitó que jóvenes se siguieran incorporando a los grupos criminales, sin que ello interfiriera en el resto de los programas sociales sino todo lo contrario, se complementaban.

En Ciudad Juárez no se nombró formalmente a un Comisionado, solo se definió un integrante del gabinete presidencial como coordinador y responsables temáticos por cada mesa, siendo estas salud, educación, economía, desarrollo social y seguridad, éste último a cargo de la articulación de todas las mesas en campo.

Volviendo a la propuesta de presidente López Obrador, en el sentido de nombrar a una Comisionada para la Paz en la persona de Rosa Isela Rodríguez, quien funge como secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, inmediatamente viene a la memoria el nombramiento de Alfredo Castillo como Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral en el estado de Michoacán en los tiempos de Enrique Peña Nieto, cuyos mayor mérito fue reconocer la figura de los “grupos de autodefensa” que prevalecen hasta nuestros días.

Si nos guiáramos solo por el nombre, la estrategia de López Obrador se parece más a la de Peña Nieto, ya que en ambos casos se refieren a la figura de Comisionados y alguna parte de sus programas se habla de que deben ser integrales.

En lo que sí es diferente la iniciativa del gobierno de la República en turno, coloquialmente  conocido como la 4T, respecto de las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto es su política de “abrazos, no balazos”, misma que López Obrador ha dicho que seguirá aplicando aunque se burlen de él.

Entre las premisas de esta nueva etapa de trabajo se habla de que se estaría buscando convencer y persuadir a todas las partes involucradas en el conflicto, incluido el crimen organizado, de que lo mejor para resolver el problema de la violencia es el diálogo y no la aplicación de la ley, esa que se juró cumplir y hacer cumplir.

Más allá de las similitudes y diferencias  de la estrategia de López Obrador respecto de las que lo antecedieron está dar resultados cuantitativos en el corto plazo.

En el caso de Ciudad Juárez con Felipe Calderón, el secuestro se redujo en 100%, los homicidios dolosos disminuyeron en 85% y las extorsiones y cobro de piso bajaron 60%, todo en menos de dos años.

En el caso de Michoacán con Enrique Peña Nieto, los resultados fueron la detención y/ abatimiento de 4 líderes de grupos delictivos que operaban en Michoacán, aunque para lograrlo se tuvo que auxiliar de “grupos de autodefensa” contrarios a los de los detenidos, asimismo fueron asegurados 224 servidores públicos por diversos delitos, entre ellos 3 ex secretarios del gobierno estatal, 6 presidentes municipales y 11 directores de seguridad pública municipal, sin embargo la violencia continuó. Los gastos por dicha comisión ascendieron a 207 millones de pesos, cantidad que no se reflejó en los resultados.

Con estos antecedentes y similitudes, el reto para la Comisionada para la Paz en Aguililla, Michoacán no es menor y tendrá que superar cuantitativa y cualitativamente a las dos estrategias anteriores (Ciudad Juárez y todo el estado de Michoacán), de lo contrario no habrá Cuarta Transformación, por lo menos no en dicho municipio.

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