Lo único que le faltaba a la 4T, a Morena y al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para superar el abuso y las aberraciones gubernamentales de las que tanto se quejó en el pasado, era permitir la promoción de sus gallos para sucederlo en el cargo.
No hubiesen sido los conservadores los que solaparan a quienes aspiran a la silla presidencial porque el mandatario se los habría acabado.
O los que fustigaran, exhibieran y atacaran a la prensa porque entonces eran unos malditos autoritarios.
¿Por qué hoy nadie se escandaliza de los abusos que se comenten utilizando la bandera moral que promueve el pejismo, utilizando la estructura y los recursos del gobierno?
Es evidente que si se trata de los aliados, amigos, compadres y colaboradores entonces no es un pecado hacer propaganda a costa del erario.
Bien dicen, “a los amigos la ley y gracia, y a los enemigos la ley a secas”.
Alguien en su sano juicio cree que el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, hace su campaña presidencial, la cual arrancó desde el primer minuto que llegó al gobierno federal, con su dinero.
O que Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México (CDMX), tiene porristas y seguidores “gratis” que la vitorean en cada evento público al que asiste.
Se equivocan.
¿Porque ninguno de estos dos transformadores del gobierno fueron ovacionado en el sexenio pasado, o aclamados por la opinión pública?
¿Dónde estaban esos amigos de Claudia cuando se cayó la estructura y el tren de la línea 12 del metro, entre las estaciones Olivos y Tezonco?
Es un hecho que ninguno de los dos flamantes pejistas, o funcionarios de Morena y de la 4T, ya con permiso para hacer proselitismo, gastan su dinerito en las campañas personales que ya están operando.
Don Marcelo, a quien se hace directamente responsable de la caída de la línea 12 del metro, evidentemente aprovecha su cargo para promocionarse y catapultarse como uno de los dos favoritos para suceder a AMLO.
Él trabaja ya en la estructura para competir por la candidatura presidencial en 2024, apoyado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y por sus dirigentes en muchos estados, incluido Puebla.
En el estado, sus promotores y operadores son los primos Jaime Natale Uranga y Juan Carlos Natale López, dirigente y ex dirigente del partido del tucán.
Ambos, dueños del Verde en Puebla, recientemente sostuvieron un encuentro con el titular de relaciones exteriores, con quien hablaron de la estrategia para promover su figura en tierras poblanas.
Las fotografías que ambos presumieron en sus redes sociales dan cuenta de ello.
De hecho, Juan Carlos lleva ya un rato trabajando para Ebrard, quien ha visto en él un operador que suma a sus intenciones de convertirse en el próximo presidente de la república.
El escandaloso y polémico niño verde de Puebla, de hecho, ya operaba para Morena desde hace dos campañas atrás, la de la gubernatura y la intermedia.
Su militancia en el Verde ya sólo es de etiqueta y de conveniencia.
Me pregunto, ¿dejarían de ser verdes los primos Natale si a Marcelo se le hace la candidatura presidencial?
¿Veremos al famoso Jimmy Natale vestido ahora “sencillito” y con los colores de Morena?
Eso no quisiera perdérmelo.
Porque al PVEM ambos le deben todo.
Y voy más allá, ¿y si en una de esas su gallo no es el bueno para Morena y decide irse a la oposición, por aquello de que Claudia Sheinbaum parece ser la elegida por los dioses de AMLO?
¿Rompería Marcelo con su jefe?
Tampoco me parece algo descabellado, aunque el tema de la sucesión parezca muy apresurado, por ahora; sobre todo cuando la balanza del presidente parece inclinarse por la jefa de gobierno de la CDMX.
Lo cierto es que los pupilos de AMLO utilizan la estructura gubernamental para sus intereses personales.
¿No es precisamente contra lo que luchaba Morena y la mentada 4T?
Con razón dicen que todos los políticos son iguales, ni a cual irle.
¡Que asco!
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