Desde que inició la pandemia, los que más han padecido las consecuencias en todas sus dimensiones han sido las niñas y los niños. No solo por la pesadilla de vivir en el encierro obligado, o escuchar discusiones familiares, sino también por padecer el mal humor de mamá o papá por los problemas económicos del hogar acentuados por la pandemia. Esta es la historia de miles de familias al rededor del mundo y sobre todo en países, como el nuestro, donde los gobiernos olvidaron implementar acciones de apoyo socio-económicos para soportar la crisis.
Y qué decir del sufrimiento de enterarse que algún familiar cercano murió a consecuencia del COVID-19, y si a esto le agregamos el tener que tomar clases a distancia, con el bajo rendimiento y aprendizaje que sabemos están teniendo, el panorama no es nada prometedor.
Afortunados son aquellos niños que pudieron tomar sus clases sin contratiempos, con una buena conexión a internet y algún adulto cerca para facilitar el proceso. ¡Que no se nos olviden los niños que viven en poblaciones alejadas que ni luz tienen y mucho menos una computadora con internet! ¿Por ellos quién aboga?
Por otro lado, hay miles de mamás que además de atender su casa, trabajan a distancia, atienden las clases de los niños, cocinan y busca creativamente cómo entretenerlos sin morir en el intento, estas madres de familia hoy se encuentran ante la disyuntiva, y ante mensajes equivocados de los gobiernos, de mandar a sus hijos de regreso a las aulas con todo y la tercera ola de contagios o de plano seguir como hasta hoy, que mal que bien, tienen el ambiente controlado.
Hoy sabemos que los niños sí se contagian de COVID-19. Recientemente el Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), informó que en México se han registrado 59,127 casos confirmados y 605 defunciones a causa del COVID-19 en este sector de la población, durante toda la pandemia. Del total de contagios de coronavirus registrados en menores de abril de 2020 al 1 de agosto del 2021, 33,958 son adolescentes de entre 12 y 17 años; 14,090 oscilan entre los 6 y 11 años; y 11,079 tienen entre 0 y 5 años de edad.
¿Qué pasa en Estados Unidos?
De acuerdo a la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) y la Children’s Hospital Association (Asociación de Hospitales para Niños), en los Estados Unidos los niños representan aproximadamente un 13 por ciento de todos los casos de COVID-19. Algunos estudios sugieren que es menos probable que los niños menores de 10 a 14 años se infecten con el virus que causa la COVID-19 comparados con las personas mayores de 20 años.
Sin embargo, algunos niños se enferman gravemente con la COVID-19 y podría ser necesario hospitalizarlos, tratarlos en la unidad de cuidados intensivos o colocarles un respirador para ayudarlos a respirar, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Niños con afecciones subyacentes, como obesidad, diabetes y asma, podrían tener un mayor riesgo de enfermarse de gravedad con COVID-19.
¿Podemos confiar en las autoridades de Salud después de la estrategia fallida del Dr. Hugo López-Gatell? ¿Tienen los protocolos de salud implementados en su totalidad?
¿Qué será lo menos peor? Arriesgarse y mandarlos a la escuela el próximo 30 de agosto, o con todos sus inconvenientes, tratar de optimizar el aprendizaje en casa.
¿Usted mandará a sus hijos a la escuela?
@NoticiasVicky