A propósito del aniversario número 500 de la caída del imperio Mexica y guardadas las proporciones, no está por demás comparar dicho acontecimiento con la llegada de la autodenominada 4T encabezada por Andrés Manuel López Obrador al gobierno de la República.
La anterior viene a colación en virtud de que tras su llegada al poder, los gobiernos emanados de Morena, se han dedicado coloquialmente a destruir y enterrar todo lo construido por regímenes pasados, algo similar a la destrucción de las pirámides y centros ceremoniales de los pueblos conquistados por los españoles, desde Cholula hasta Tenochtitlán, para posteriormente construir sobre ellos nuevos edificios de gobierno e iglesias, todo con la intención de borrar cualquier rasgo del pasado.
Ejemplo de lo anterior es la destrucción del “seguro popular” que dejó sin acceso a la salud a 15.6 millones de mexicanos, carencia que empujó a la pobreza a 3.8 millones de personas y a 2 millones más a pobreza extrema, según el más reciente informe del CONEVAL, aunque López Obrador diga que tiene “otros datos”, como siempre pasa cuando los indicadores no le gustan, independientemente de que sean correctos y tengan sustento científico.
Otro caso no menos grave es la extinción de la Policía Federal sin tener otra institución para sustituirla de manera inmediata y eficiente y sin tomar en cuenta que con menos de una quinta parte de su estado de fuerza fue capaz de hacer frente a la violencia y la delincuencia y de paso resolver problemas claramente identificados como Tijuana, Baja California, Ciudad Juárez, Chihuahua y la región de La Laguna, que comprende los estados de Coahuila y Durango, donde por cierto estuvo ayer.
Han tenido que pasar más de dos años para que el proyecto de Guardia Nacional, que constitucionalmente debería ser civil, pero que en los hechos es más militar que el propio Ejército mexicano, haya alcanzado un estado de fuerza 5 veces superior al de la desaparecida PF pero que no ha sido capaz de disminuir el homicidio doloso ni en 1% en lo que lleva de operación. Habrá que aclarar que la mayoría de los delitos patrimoniales disminuyeron pero la razón es que la pandemia del coronavirus les ayudó encerrando a potenciales víctimas e incluso a delincuentes.
Si nos trasladamos a los gobiernos de los estados emanados de Morena, la tónica es la misma, se han dedicado a destruir y borrar lo poco o mucho que hayan hecho los gobiernos anteriores; no ha sido suficiente cambiarles el color, dejar que los puentes y edificios se dañen por falta de mantenimiento o denostar todo lo pasado, aunque ese pasado termine involucrándolos a ellos mismos, sobre todo en temas de infraestructura, salud y seguridad.
Independientemente de que haya sido útil la desaparición del “Seguro popular” y la PF, la realidad es que a casi medio sexenio no hay sustitutos consolidados para el tema médico y tampoco para la seguridad pública, lo único seguro es que ambos fueron destruidos y enterrados a partir de inferencias y creencias de que no servían o que estaban “podridos”, aunque la realidad se está encargando de confirmar todo lo contrario.
Acaso el gobierno de la 4T no se han puesto a pensar que lo que está pidiendo a la corona española, en el sentido de disculparse o pedir perdón a los mexicanos por la conquista y en particular a los pueblos originarios por haberlos avasallado a costa de su sufrimiento, podrían terminar ofreciéndoselo ellos a las personas que por su culpa han caído en la pobreza o pobreza extrema o aquellas que han sido víctimas de la violencia debido a que la GN en vez de ayudarlos corren a “darles de abrazos” a los delincuentes?
No se les olvide que el apellido López y con mayor razón Obrador son de origen español, peor aún los abuelos del hoy titular del ejecutivo de los que heredó el apellido Obrador, eran originarios de la región de Cantabria, así es que si le sigue buscando podría encontrar que uno de sus parientes lejanos pudo haber formado parte del grupo que acompañó al conquistador hace 500 años o por lo menos de los que llegaron posteriormente a la caída del imperio Mexica. Si nos atenemos a la teoría del mundo pequeño, todo es posible.