Una de las tantas consecuencias negativas que tiene el hecho de no existir obligación legal en cuanto a la profesionalización de quienes utilizan la tecnología y en específico las redes sociales para hacer cualquier comentario sin responsabilidad alguna, es que los públicos internautas están expuestos a ser víctimas de estos personajes llamados “influencers” o “youtubers” que, sin preparación alguna y falta de ética cometen errores, causando daño moral, agrediendo a sus seguidores e incluso cometiendo actos ilegales y hasta delictivos.

Está de moda entre las y los jóvenes, seguir a quienes aprovechan la libertad no regulada en Internet para expresarse y opinar sobre casi cualquier tema, dejando de lado la concepción de la frase célebre “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.” (Expresada por el ex Presidente de la República Benito Juárez García, en su manifiesto del 15 de julio de 1867; poco después de entrar triunfante en la Ciudad de México, tras la derrota y fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo, lo que significó el derrocamiento del Segundo Imperio Mexicano). En fin, que si los influencers o youtubers no saben, ni comprenden esta máxima, mucho menos podrán aplicarla, por lo que muchas y muchos de ellos han sido encarcelados y otros tantos, están ahora en la mira de la justicia, para ser procesados penalmente.

Ejemplo de quienes hoy enfrentan a la justicia mexicana por cometer delitos federales, son los de Yoseline Hoffman, youtuber conocida como “YosStop”, que ahora enfrenta cargos y está encarcelada por el delito de pornografía infantil, tras las acusaciones de almacenar contenido explícito de una menor de edad que fuera abusada sexualmente, así como el de Ricardo González, mejor conocido en redes sociales como “Rix”, quien fue trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente de la Ciudad de México, mientras se realizan las investigaciones pertinentes, pues está acusado del delito de tentativa de violación equiparado agravado. Otro caso es el de Germán Abraham Loera Acosta, youtuber que tenía un canal donde daba consejos motivacionales, pero fue arrestado en 2020 y condenado a 50 años de prisión junto a otros cinco cómplices por realizar un secuestro en Chihuahua, en 2018.

Tal parece que estos casos no son de relevancia para quienes buscan la fama exprés, no escarmientan y siguen cometiendo actos inaceptables y humillaciones en las redes sociales. Así, el pasado 8 de agosto se hizo viral un video de los influencers conocidos como “Las Chiquirrucas”, tres hombres que cometieron abuso y discriminación en contra de un migrante que se encontraba fuera del albergue FM4 Paso Libre en Guadalajara, Jalisco, a quien ofrecieron 500 pesos a cambio de que se dejara tocar los genitales, acto que consiguieron para después burlarse del hombre en situación de vulnerabilidad y señalar que el billete que le habían dado era falso. Todo sucedió en transmisión directa por Twitter y los hechos fueron repudiados por los integrantes de la casa del migrante en cuestión, mientras que el caso ya fue atraído por la Fiscalía de Justicia de Jalisco, para deslindar responsabilidades.

¿Es necesario legislar al respecto de lo que se puede o no publicar en las redes sociales para realizar un catálogo de delitos y establecer sanciones ejemplares a quienes los cometan? ¿Las plataformas como Facebook, YouTube, Twitter, Instagram o Tik Tok, deben establecer lineamientos y activar candados para evitar la transmisión de contenidos denigrantes o en evidente apología del delito?

La responsabilidad de seguir o no a un personaje en redes sociales, es responsabilidad de cada quien, pero también hay que apelar al compromiso que debiera tener el Estado Mexicano y sus tres poderes, para visualizar un problema que puede dañar no solo la moral y la sana convivencia, sino los sistemas judiciales que se ven en franca imposibilidad de ejercer acción legal, ante la ambigüedad de las leyes o la falta de criterios que puedan establecer orden jurídico y social.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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