El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México, bajo el mando del militar y político Agustín de Iturbide, marcando simbólicamente la consumación de nuestra independencia; todo tras un proceso político y social desarrollado a lo largo de once años de batallas, traiciones y acuerdos.
México inició entonces, con un proceso de crecimiento donde se comenzaban a gestar las bases para convertirse en una nación autónoma y por tanto, involucrándose en temas internacionales no solo en la política, sino en los tecnológicos y científicos que le permitieran de inicio, avanzar en el contexto dentro del continente americano.
En este proceso reviste especial importancia el nacimiento de la radio, 100 años después de la consumación de la independencia nacional. 1921 fue el año y causalmente también fue en septiembre cuando surgió el medio de masas que se resiste a perecer y que por el contrario, encuentra siempre caminos prósperos para permanecer en la mente de nuevas audiencias, trascendiendo en nuevas tecnologías y siempre encontrando a quienes como quien esto escribe, dedican sus pasiones profesionales para seguir haciendo radio.
Fernando Mejia Barquera escribió en un artículo llamado “Historia Mínima de la Radio Mexicana”, publicado en mayo del 2007 por la Revista de Comunicación y Cultura, lo que a continuación me permito reproducir textual, pues no considero tener la autoridad para modificar lo que, a juicio propio, es una excelente abreviatura de los inicios del medio con mayor penetración e influencia social. Las siguientes líneas merecen sin duda ser leídas para recordar y valorar la importancia del medio y quienes la trabajan con pasión, voluntad, creatividad y entrega.
Lea usted:
“En septiembre de 1921, para conmemorar la Declaración de la Independencia de México, se instala en los predios aledaños al sitio en que se construye el «Palacio Legislativo» (hoy la estructura se conoce como Monumento a la Revolución) la Exposición Comercial Internacional del Centenario. El día 27 de ese mes la Dirección General de Telégrafos instala un aparato transmisor de radiotelefonía cuyas señales se captan en algunos sitios de la ciudad como por ejemplo en Chapultepec donde se localiza una estación inalámbrica propiedad del gobierno. Al frente de la transmisión están los señores Agustín Flores, inspector de Estaciones Radioeléctricas de la Dirección General de Telégrafos, y José D. Valdovinos, trabajador de esa dependencia.
También el 27 de septiembre de 1921, por la noche, el joven Adolfo Enrique Gómez Fernández, de 26 años, pone a funcionar, con la ayuda de su hermano Pedro, un transmisor de 20 watts de potencia. Los Gómez Fernández, que contaban con el patrocinio del empresario Pedro Barra Villela para sus experimentos, instalan el equipo, marca De Forest, en la planta baja del Teatro Ideal de la Ciudad de México y transmiten desde ahí un breve programa radiofónico integrado por dos canciones. Colaboran en esa emisión el tenor José Mojica, quien interpreta Vorrei, de Paolo Tosti, y la niña María de los Ángeles Gómez Camacho, hija de Adolfo Enrique Gómez Fernández, que entona Tango Negro, de Belisario de Jesús García. La emisora de los hermanos Gómez Fernández se mantuvo en el aire desde el 27 de septiembre de 1921, hasta enero de 1922. En ese lapso transmite todos los sábados y domingos de las 20 a las 21 horas”. Hasta aquí la cita.
También la radio tiene historia y conmemorar sus primeros 100 años, nos debe servir para reflexionar sobre cómo los profesionales del medio, deben proyectar y promover mejoras de innovación que aseguren al menos, otro siglo de vida.
Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!
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