Un día, algunos chamacos, viendo que podían conseguir la atención en redes sociales, pretendieron ser expertos en todo; una muchacha –de esas que ahora se hacen llamar tiktokers –se recuesta en la cama y dice, alardeando, que cada órgano tiene una emoción: “los pulmones tienen la tristeza, es decir, que si eres fumador es que estás triste; el hígado tiene ira, es decir, que las personas alcohólicas generalmente están enojadas…”

Y por ahí se sigue la chica soltando una sarta de sandeces que derivan en “una clase” de psicoterapia corporal compendiada en menos de un minuto.

Así son las cosas hoy para muchos jóvenes: todo sintetizado en unas pocas palabras para explicar el conocimiento contenido en cientos de páginas de libros especializados.

Algo parecido ocurre con los blogueros; personas con conocimientos generales –que medio escriben fluido –que pretenden aplicar, como si fueran especialistas, en páginas de internet dedicadas a ofrecer remedios o consejos rápidos para resolver la vida.

Si nos enfocamos en aquello que la chica intenta explicar, debemos remitirnos a los estudios de la psicoterapia corporal, para lo cual hay que entrenarse por lo menos en un diplomado de más de 120 horas, en el que se estudian diversos campos de la Gestalt, la bioenergética, la sexualidad, el masaje, el psicoanálisis, la ergonomía, así como introducirse en los trabajos de Carl Rogers, Alexander Lowen, Carl Jung, Freud y Lacan, por lo menos.

Por supuesto, el resultado de todo ello no deriva en recetas que puedan aplicarse para todos como la señorita pretende hacernos saber; cada paciente o cliente merece una consulta determinada y por ello la psicoterapia se compone de diversas disciplinas, porque el origen de los asuntos no resueltos no es el mismo para todos, aunque así lo parezca y, en consecuencia, su tratamiento también es distinto para cada quién.

Es verdad, existe un enfoque en el cual las emociones están ligadas a la corporeidad y sus efectos sobre las enfermedades; sí, hay una correlación, sin embargo, todo lo que dice nuestra versada veinteañera, desde la comodidad de su cama, es mentira si nos remitimos a la opinión de los verdaderos especialistas en el tema.

Por ejemplo, los males de los riñones –que la “tiktoker” asegura que contienen el miedo y confirma que “a las personas que tienen miedo a perder dinero les salen piedras en los riñones” –para Luise Hay pueden derivar en “nefropatías: Sensación de ser como un niño que no logra hacer bien las cosas, un incapaz, un desastre.”

Mientras que para Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, “Los riñones representan en el cuerpo humano la zona de la convivencia. Los dolores y afecciones de riñón se presentan cuando existen problemas de convivencia. No se trata tanto de la relación sexual como de la capacidad de relacionarse con los semejantes en general.”

En cuanto al hígado, para @berenicepoletti.41 sencillamente contiene la ira, pero para los expertos Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke “No es fácil examinar el hígado, órgano encargado de múltiples funciones. Es uno de los más grandes del ser humano y el principal del metabolismo intermediario, o —expresado gráficamente— el laboratorio de la persona…”

De tal forma que si somos un poco reservados para creer todo lo que vemos y escuchamos en las redes, podremos darnos cuenta de la cantidad de desinformación que existe gracias a estos nuevos hacedores de los medios: gente con una nula preparación y muchas ganas de llamar la atención.

Así que la próxima vez que un “tiktoker” le recomiende algo, tenga cuidado, pues no todo lo que aparece en las redes es cierto ni todo “influencer” es un sabio.

Incluso a veces, son todo lo contrario.

F/La Máquina de Escribir por Alejandro Elías

@ALEELIASG

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