En la reflexión anterior reflexionamos sobre la comunicación en general y en particular la importancia de la comunicación asertiva, ahora veremos otra forma de la comunicación que a la fecha genera controversia sobre si sus postulados cuentan con el rigor científico para estudiarse como otros aspectos de la comunicación, no obstante, su análisis genera indicios importantes más allá de los debates que acompañan esas explicaciones. Veamos algunos rubros de este enfoque.

La comunicación es una habilidad fundamental en la vida de los ser humanos, pues por medio de ella se logra interactuar con el entorno. La combinación entre el lenguaje verbal y corporal permite que los mensajes transmitidos sean mucho más claros por la intencionalidad que se les impregna.

El lenguaje corporal comprende desde los gestos, movimientos de manos, miradas, posturas y actitudes, las cuales en conjunto generan o no empatía con el receptor del mensaje. Es por eso que las organizaciones se interesan cada día más en que los colaboradores desarrollen formas más efectivas de comunicarse, de liderar los equipos de trabajo, de tratar a los usuarios, de atender quejas y reclamos, y de expresar sus necesidades, sugerencias y opiniones de la mejor forma.

El estudio y aplicación de técnicas en el manejo de la comunicación no verbal tiene un campo de aplicación en el ambiente laboral, es en ese rubro en donde más se evidencia su importancia. No obstante, como lo señala Elizabeth Corrales: “El Lenguaje No Verbal, más conocido bajo el término Comunicación No Verbal (CNV), surge con los inicios de la especie humana antes de la evolución del lenguaje propiamente dicho. Christina D’Alton (2005) afirma incluso que hace aproximadamente ocho millones de años, el pan prior empleaba gestos, sonidos y muecas”.

Albert Mehrabian fue uno de los primeros científicos en interesarse por la comunicación no verbal y se dedicó a estudiar la incidencia que tiene la manera de comunicar las ideas sobre la interpretación del mensaje. Uno de los resultados más relevantes que expuso fue que sólo el 7% del mensaje emitido cobra sentido a través de las palabras y un 93% está influenciado por el lenguaje corporal.

Como se aprecia la comunicación no verbal termina incidiendo más que la propia expresión oral que se lleve a cabo, en este artículo de la Universidad de Costa Rica hacen el enfoque de esta comunicación en el entorno laboral, pero lo podemos emplear en todos los entornos para mejorar nuestra comunicación no verbal de la siguiente forma:

Algunos de los puntos más significativos para establecer una comunicación adecuada en el entorno laboral son:

Mirada: mantener contacto visual y expresar por medio de la mirada, demuestra seguridad en las ideas que se están emitiendo; Postura: es recomendable mantener una postura erguida durante toda la sesión de trabajo y con los pies abiertos. Las posturas cerradas o brazos cruzados reflejan poca apertura y escasa escucha activa; Espacio: buscar un lugar cómodo y acogedor, para establecer contacto con todas las personas; Sonrisa: muestra empatía en situaciones con las que está de acuerdo, se debe utilizar con medida, ya que en exceso podría reflejar nerviosismo o inseguridad; Silencio: los momentos de pausa no deben ser muy prolongados para no perder el contacto con los receptores; Gestos: establecer coherencia entre el rostro y el diálogo. Si va a realizar movimientos enfáticos, hágalos con la mano abierta y sin señalar; y Voz: utilizar cambios de entonación de acuerdo al énfasis que quiera otorgar, hablar a un buen ritmo y evitar muletillas.

Coincido con la conclusión de Corrales Navarro: “El lenguaje no verbal ha sido vital para la conservación y evolución de nuestra especie. Sin este importante proceso cognitivo no hubiera sido posible el paso hacia el lenguaje verbal. Sin la necesidad de comunicar con sonidos articulados lo que estábamos intentando comunicar con gestos, es muy posible que no hubiéramos logrado este paso tan importante”.

Twitter @TPDI

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