Muy emotivos fueron los mensajes de la nueva rectora de la BUAP, la Dra. Lilia Cedillo Ramírez, y su antecesor, Alfonso Esparza Ortiz, quienes expresaron dos mensajes distintos, uno de bienvenida y otro de despedida.

La nostalgia y los sentimientos encontrados salieron a relucir.

Y es que concluye una etapa y comienza otra.

Arranca una nueva era en la Benemérita institución poblana, la de la mujer, quien toma el mando y las riendas de la institución tras 400 años de fundada y luego de haber sido el Colegio de Puebla.

Una administración histórica, encabezada por la primera mujer rectora, quien se mantendrá en el cargo por al menos dos periodos de cuatro años, si así lo disponen los universitarios.

La gestión de una rectora que seguirá dando clases, y que tiene como prioridad la vida universitaria y su bienestar.

Una gestión distinta, austera, transparente y con trato humano, abierta al escrutinio público, y que dé cuenta del manejo de los recursos en el marco de la autonomía universitaria.

Pero, sobre todo, un rectorado que cuenta con el apoyo de los tres órdenes de gobierno, pues a la Dra. Lilia Cedillo la felicitaron públicamente el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante su gira por Puebla, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

Ya no hay ruptura entre la BUAP y el gobierno de la 4T, y eso conviene a todos los poblanos.

Por fin parece que las cosas se empiezan a acomodar y a alinear en el estado.

Ya sólo falta la renovación de los Ayuntamientos poblanos, particularmente el de la capital, para que el gobernador Barbosa sume a su lista dos aliados más y borre a un par de sus contrarios.

Las primeras acciones del rectorado de Lilia Cedillo ya están en marcha; una, muy importante y trascendente, es la renovación del Consejo Universitario.

Empero, ayer, los protagonistas de la BUAP -los que se fueron y los que llegaron -estuvieron muy pendientes de ambos históricos eventos: de la toma de protesta de la Dra. Lilia Cedillo como rectora de la BUAP, para el periodo 2021-2025, y del cuarto y último informe de Alfonso Esparza.

En el caso de Esparza, la nostalgia y los sentimientos encontrados de sus ex colaboradores fueron notorios, un silencio sepulcral los atrapó y el despido y el adiós fue el que privó entre ellos.

Y es que terminó una gestión de ocho años y medio, en la que, sin duda, la BUAP se consolidó como una institución fuerte, eficiente, moderna, con calidad académica, transparente, con salud y solidez financiera, además como una de las más importantes del país y de Latinoamérica.

El último informe de Alfonso Esparza fue un evento suigéneris, llevado a cabo mediante un video grabado, en el que agradeció a los ayuntamientos, a los legisladores y al gobierno estatal y federal por su apoyo.

Ignoró totalmente la persecución en su contra, por un presunto desvío de recursos, por lo que se dedicó únicamente a agradecer los apoyos que le otorgaron a la BUAP durante su gestión, incluso los concedidos por quien lo inculpa.

El ex rector se fue con el reconocimiento de sus aliados, y con la crítica y el enjuiciamiento público y personal de sus enemigos.

Eso sí, dejando una universidad más grande y con más capacidad, con 128 nuevos edificios, además con un agradecimiento especial al personal de salud, del Hospital Universitario de Puebla, por su arduo trabajo durante la pandemia.

Finalmente, en lo personal, y ante la despedida de Alfonso Esparza como rector de la BUAP, rescato lo expresado por él en su último informe: “la educación no divide, une, rompe paradigmas, rompe prejuicios, rompe estereotipos, rompe muros, rompe la ignorancia y no tiene límites, por eso trasciende”.

Enhorabuena por los nuevos tiempos a toda la comunidad universitaria de la BUAP.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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