En la víspera del encuentro entre el titular del ejecutivo federal y el secretario de Estado de Estados Unidos, México ha manifestado que propondrá un nuevo mecanismo de cooperación en materia de seguridad entre ambos países, ya que la «Iniciativa Mérida» está prácticamente muerta.

Lo que México ha dejado en claro es que pedirá que ya no «le manden armas» y helicópteros porque ya no los necesita, lo cual no está mal, pero dicho mecanismo no era sólo eso, sino que se centraba en asistencia técnica-operativa (40%) y sobre todo capacitación para agencias civiles responsables de la aplicación de la ley (60%), es decir policías preventivos e investigadores, así como ministerios públicos y nueces en el marco del Nuevo Sistema de Justicia Penal, vigente desde junio de 2016 a nivel nacional. Lo anterior incluye instructores de todos los niveles.

Entre los beneficios que deja la citada iniciativa destaca la construcción de la «Academia de Formación y Desarrollo Policial Puebla-Iniciativa Mérida General Ignacio Zaragoza» ubicada en el estado de Puebla y que desde 2014 funge como Centro Nacional de Formación de Mandos de Policía.

Cabe agregar que actualmente ésta Academia forma oficiales de policía desde la escala básica hasta nivel de doctorado, además ofrece un novedoso sistema de capacitación de bachillerato con enfoque hacia la seguridad y lo mejor de todo es que es autosustentable.

Esta claro que no es lo mismo ver la «Iniciativa Mérida» a través de un cristal azul, que es con el que inició dicho esquema de cooperación, que uno de color guinda que es con el que se mira el día de hoy.

Tal vez con este último color solo se ven los defectos y no lo que aportó dicho mecanismo, pero se dejaron correr los tres primeros años en los cuales los apoyos en especie continuaron fluyendo y siguieron siendo beneficiadas diversas instituciones mexicanas, entre ellas el propio Ejército Mexicano y la Fiscalía General de la República, así como varias entidades federativas, sobre todo a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), cuya esencia es básicamente la capacitación.

En cuanto a los helicópteros, la iniciativa solo aportó algunos de los Black hawk que la Policía Federal transfirió a la Guardia Nacional, porque el grueso de ellos fueron adquiridos con recursos del gobierno federal, así es que tampoco todo fueron helicópteros ni armas como se pretende hacer creer.

Pero lo más valioso del mecanismo, y eso debería quedar muy claro, es que México no recibió ningún recurso económico de manera directa, todo el apoyo fue en especie y con la anuencia de los respectivos congresos, para que ahora no vengan con el cuento de que el dinero se lo robaron quiénes estuvieron al frente de la administración que la gestionó con el gobierno de los Estados Unidos (Felipe Calderón) y la que le dió continuidad con sus respectivos ajustes (Enrique Peña Nieto), es decir todo el presupuesto lo ejerció el gobierno de Estados Unidos previa solicitud de las autoridades mexicanas, pero nada de dinero.

Otro dato que es importante destacar, porque las circunstancias cambian de un momento a otro, es que todo el personal que el gobierno de Estados Unidos capacitó, fue «veteado» previamente por ellos, lo cual quiere decir que no se capacitó a cualquier persona sino a aquellos servidores públicos que estuvieran evaluados y aprobados en materia de control de confianza por parte de México, lo cual le dio certeza al proceso.

Cómo dato al calce, es necesario mencionar que la «Iniciativa Mérida», sustituyó a la «Certificación» que el gobierno de Estados Unidos otorgaba a los países latinoamericanos que hacían su «tarea» en materia de aseguramientos de droga y erradicación de plantíos, sin la cual la cooperación se veía reducida al mínimo con las consecuencias que ello generó durante muchos años a ambos países.

Así es que por donde quiera que se le vea, en esta nueva etapa de cooperación entre México y los Estados Unidos solo cambiará el nombre porque el objetivo, en términos generales, seguirá siendo el mismo, apoyar a México para que menos droga llegué al mercado del vecino país del norte.

En todo caso incorporían el tema migratorio que está más vigente que nunca y eso quizá si la haría diferente de la que se firmó en 2008, pero más en contra México que a favor.

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