De acuerdo con el discurso de toma de protesta de los nuevos alcaldes de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla, la prioridad de sus gobiernos será la seguridad y los cambios comenzarán a sentirse en el corto plazo.
Para algunos el reto es dar los primeros resultados al cumplir 100 días en el cargo, mientras que otros, como el del municipio de Puebla, luego de 120.
En los municipios ubicados en la zona metropolitana de la capital poblana su apuesta es la coordinación tanto con el gobierno estatal como con el federal y así lo han hecho saber los alcaldes de San Andrés Cholula y Puebla, ambos emanados de la coalición PAN-PRI-PRD y es muy probable que en breve la de San Pedro Cholula haga lo mismo.
Si la seguridad no estuviera politizada desde hace muchas administraciones, la fórmula funcionaría y los ciudadanos lo agradecerían, pero no es el caso ya que muchas de las decisiones que impactan en la seguridad de los poblanos siguen girando en torno a los colores partidistas.
Durante los últimos años, por más esfuerzos que hicieron los encargados de la seguridad, finalmente los partidos políticos e incluso las corrientes al interior de los mismos llevaron al traste las estrategias puestas en práctica y si no hubiera sido por la pandemia del coronavirus, que ayudó a que los delitos bajaran en 2020, hoy las cosas estarían más difíciles.
Prueba de lo anterior es que en el estado de Puebla los delitos totales se incrementaron en un 20.3% entre enero y septiembre de 2020 y el mismo periodo de 2021, mientras que en el municipio de Puebla aumentaron 74%, por lo que el reto no es nada sencillo y al final de 2021 podría mantenerse la misma tendencia tanto a nivel estatal como municipal, a menos que se haga algo extraordinario.
De manera particular los delitos que más se incrementaron en el municipio de Puebla entre enero y septiembre de 2020 y el mismo lapso de 2021 son trata de personas en 1,150%, robo de autopartes en 827%, robo en transporte individual en 306%, robo a transeúnte en 250%, robo en transporte público colectivo en 156%, robo a casa habitación en 80%, narcomenudeo en 67% y robo a negocio en 50%.
Si bien los 120 días solicitados por el alcalde de la capital poblana para que se noten los cambios en materia de seguridad vencen el 11 de febrero del 2022, los primeros 78 corresponden a 2021, así es que lo realizado de aquí a fin de año será decisivo, sobre todo en el ámbito operativo cuyos indicadores son más inmediatos, porque aquellos que apuestan a la atención de las causas tardarán un poco más y en una de esas ni los tres años le van a alcanzar a ver los primeros resultados.
No es la primera vez que se busca dar mejores resultados en la zona metropolitana de Puebla por medio de la coordinación con el gobierno del estado, así sucedió en 2014 y las cifras fueron mejores que las de sus antecesores, sin embargo estas se fueron perdiendo con el cambio de alcaldes posteriores, con mayor razón si provenían de partidos políticos distintos.
Un primer paso para lograr la coordinación y que ésta genere resultados satisfactorios será empatar las estrategias de cada municipio, homologar los ejes estratégicos, las líneas de acción y sobre todo los indicadores.
Algunos de los indicadores serán los mismos que se construyeron desde 1996 y otros serán los que fueron ampliados en 2015 por parte del Sistema Nacional de Seguridad Pública como instancia rectora en materia de información, evaluación y formación policial, así como en prevención del delito y coordinación de los esfuerzos a nivel nacional.
Otros serán construidos local o regionalmente y tendrán que ver con la atención de las causas de la violencia y la delincuencia e incluso con la participación ciudadana, rubros en los cuales a nivel estatal y nacional hay escasos avances, sobre todo por el desprecio hacia la organizaciones sociales, empresarios, comerciantes, líderes comunitarios, académicos, activistas y defensores de los derechos humanos que han manifestado su deseo de participar pero no han tenido cabida.
No obstante las adversidades antes descritas, alcaldes de la zona metropolitana de Puebla y de municipios como Tecamachalco, Tehuacán, Zacatlán y Chignahuapan, por citar algunos, merecen el beneficio de la duda, pero la “luna de miel” se acaba antes del 14 de febrero del 2022, si no es que antes y tendrán que rendir cuentas a los ciudadanos que les confiaron su voto luego de escuchar su propuesta de coordinación en materia de seguridad.