*Por: Mtro. José Teódulo Guzmán A., S J
Tomo el título de este artículo, de una página de “religiondigital.org” que me ha dejado gratamente impresionado por una noticia que acaba de publicar. Dice Textualmente: “Cinco días antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, en Glasgow, y cuatro días antes de la Cumbre G20 en Roma, 72 instituciones religiosas de 6 continentes, con más de 4.2 billones de dólares en activos combinados bajo gestión, anunciaron su desinversión de los combustibles en empresas de combustibles fósiles”.
La Fundación Ford, dice esta misma publicación, anunció que no solo se unirá a la política de desinversión de combustibles fósiles, sino que invertirá en soluciones climáticas.
Por otra parte, obispos y pastores de varias confesiones religiosas han hecho lo mismo en varios países, y están urgiendo a los gobiernos de sus respectivos países que presten atención a la crisis medioambiental a la que nos enfrentamos. Y han insistido en que ya basta de exhortaciones verbales y de proclamas en contra del calentamiento global. Es necesario actuar y poner en práctica las recomendaciones que viene haciendo tanto la sociedad civil, los científicos sociales y las iglesias.
Asimismo, parece que los obispos católicos y varias organizaciones laicales finalmente están cayendo en la cuenta de que las exhortaciones y propuestas de la encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” deben retomarse con mayor eficacia y evitar apoyar en cualquier forma a las empresas que dañan la ecología humana y se enriquecen a costa de la salud de los habitantes del planeta.
El provincial de los jesuitas del medio oeste de Europa se ha pronunciado, palabras más, palabras menos, en los mismos términos que la mayoría de los pastores religiosos en el mundo.
Me resulta no solo novedoso, sino esperanzador, esta forma de proactividad en varios frentes, para desalentar y desactivar las inversiones en la extracción, producción o refinación de carbón, gas y petróleo.
Nosotros como universidad de la Compañía de Jesús también nos hemos pronunciado, hace ya tiempo, en favor de políticas ambientales que impulsen las energías limpias y contribuyan a la disminución de la contaminación ambiental. Nuestro empeño en este sentido continuará indudablemente a través del intercambio de información y prácticas concretas con otras organizaciones y grupos tanto de la academia como de la sociedad civil.
El autor es académico de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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