Tras las más de dos mil observaciones identificadas en el proceso entrega-recepción, el presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, dejó en claro que no será tapadera de nadie pero tampoco emprenderá una cacería de brujas.

En entrevista, evitó mencionar las anomalías identificadas y qué dependencias estarían involucradas, debido a que es un proceso legal que todavía lleva tiempo.

“No es que no se quiera decir, no se puede decir estamos en un proceso con sus tiempos y procedimientos”.

Subrayó que su deber es no encubrir a nadie, sea quien sea, por lo que, en caso de haber fallas e irregularidades, no serán toleradas.

“No puedo calificar, pero no voy a proteger a nadie, mi deber es ese, no tapar a nadie, ningún tipo de violación a la ley, algo que haya afectado al municipio, no lo vamos a tolerar, no lo vamos a aceptar”.

Informó que las inconsistencias serán dadas a conocer después de 30 días hábiles, que vencen en enero, y se someterá al pleno de cabildo para que el dictamen sea turnado a la Auditoría Superior del Estado.

Rivera Pérez sostuvo que tampoco se trata de una cacería de brujas por el déficit ubicado en la administración sino de acatar la ley, a la par de explicar que no le corresponde calificar o sancionar, pero sí velar que el patrimonio se haya manejado de manera pulcra, honesta y responsable.

“También lo dije desde un principio, ni cacería de brujas ni revancha política, ni consigna es el cumplimiento del deber de la ley, es algo que está establecido. No voy a hacer omiso ni tapadera de nadie, de ningún funcionario que hayan cometido alguna irregularidad, la opinión pública lo debe tener claro”.

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