A las cosas por su nombre

Alejandro Elías

Buscando mostrar los sesgos sentimentales de la canción entre una época y otra, me refiero a Guadalupe Ramos: “Rodolfina Peláez Ramos nació un 22 de diciembre en Cacahuatepec, Oaxaca, en el seno de una familia campesina donde la música era el atenuante de las rudas faenas del día, pues su padre, músico por afición, tocaba el bajo quinto y la guitarra, y su madre cantaba, heredando de ellos el gusto por la música.” (SACM.org.mx).Autora de canciones interpretadas por Flor Silvestre, Antonio Aguilar, Las Hermanas Huerta, Vicente Fernández, Manolo Muñoz, Paquita la del Barrio y Chelo Silva, entre otros grandes de la música vernácula.

Un fragmento de una de sus canciones: Ánimas que no amanezca / para vivir a lo grande / esta pasión tan inmensa / que no me cabe en la sangre.

En el otro lado ponemos a un cantante muy popular: Maluma, también con un fragmento de su tema Sobrio: Quiero aprovechar / Yah-yah, yeah-yeah, ja, ja (ya que estoy toma’o) / Dirty no, baby (pa’ poder decirte toda’ las cosa’ que me he guarda’o) / Maluma, ba-ba-baby, once again (sé que no son hora’ de llamar) / Dímelo, Edge, Edge (pero te vi en línea) / Keityn I love you, baby (y solo quería confirmar si aún eras mi niña) / El baby de las babies / Ah, Maluma, baby, muah.

Es cierto que la cuna de Guadalupe, mexicana de fuerte raigambre, no tendría qué ver con el colombiano, nacido en Medellín, pero si nos ubicamos en la fama de uno y otro en los tiempos que corresponden a cada quién, podríamos aplicar la comparativa de sus talentos.

Si bien la música, las canciones y sus letras nos remiten a tiempos específicos donde lo que se dice se vive, es justamente esto lo que se persigue con la presente comparación: el amor recio, profundo, enraizado en el alma como algo que se vive hasta la médula, que se clava de manera singular:

Ánimas que no amanezca / que sea puro a medianoche / y hasta donde el cuerpo aguante / hay que darle cuanto quiera / sin duda y sin temores / que, al cabo, mundo, ahí te quedas.

La línea entre aquello que se nos presentaba como franco, abierto, bronco si se quiere, discrepa en mucho de cómo se expresa hoy por el nacido en Medellín:

Si a última hora no fui tan mal novio (oh, shit) / Te pienso borracho y lo escondo de sobrio (wuh) / Yo te quería para matrimonio (honey) / Pero le está’ dando a esto un velorio (hey) / Cuando tomo mi orgullo lo mando al demonio.Las cosas que se dicen a través de la música tienen una repercusión que viaja de lo intangible a las emociones corporales: del oído al corazón, al estómago, al alma.

Ánimas que no amanezca / ni se haga de madrugada / pa´que el amor crezca y crezca / como la hiedra en el agua.

Es muy probable que, si no hemos vivido la pobreza, podamos entender la riqueza.

Hoy las letras salidas del reggaetón dicen mucho y aportan poco; nos muestran un discurso cargado de inflexiones insustanciales; revoltijo de idiomas y dichos de moda; un lenguaje a modo, con voces arrastradas como si hubiera un daño cerebral que afecta el habla; donde el ritmo monocorde tiene más importancia junto con el sexo, que se sobreexpone para posicionarlo como la idea fundamental que hay que destacar para lograr el éxito.

Definitivamente, creo que prefiero a Guadalupe.

Ánimas que no amanezca / hoy que estoy como quería / que al fin yo aquí estoy de paso / y la aurora día con día / y quiero estar en los brazos / del amor del alma mía.

F/La Máquina de Escribir por Alejandro Elías

@ALEELIASG

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