El oficio de ladrillero esta agonizando en el municipio de San Pedro Cholula, el nulo incremento en el costo de este producto y la contaminación que origina la fabricación de este, han sido las principales causas para que vaya perdiendo terreno y tan sólo en San Diego Cuachayotla, quedan menos de cien hornos.

En entrevista, Miguel Tello Almonte, presidente auxiliar de Cuachayotla, junta auxiliar perteneciente a San Pedro Cholula, destacó que se ha perdido el orgullo de ser integrante de una familia de ladrilleros y su elaboración ha dejado de ser un negocio, ya que apenas si puede subsistir una familia con este negocio.

“Lamentablemente por lo mismo ya va perdiendo terreno, ya no es como antes donde un padre se sentía orgulloso de que los hijos tuvieran su horno, porque era su negocio, uno ya sabía que tenían un futuro asegurado aprendiendo el oficio, hoy muchos de ellos emigran, trabajan en fábricas y ya perdieron su identidad”.

En esta junta auxiliar la fabricación del ladrillo es una de las principales formas de economía, y en diferentes casas se puede observar como se elabora el mismo, sin embargo, el edil auxiliar comentó que hoy en día apenas si quedan cien hornos, los cuales también se han tenido que modernizar ante la contaminación que registraba su uso.

“Antes era con chapopote, hoy se quema con aserrín y sale más barato, yo vengo de familia de ladrillos, cuento con un oficio y soy orgulloso de esta tierra de ladrillos”.

Agregó que también la perdida de esta labor ha sido propiciada por el bajo costo en el que se comercializa el tabique ya que en cinco años el costo de un millar apenas si ha variado en 200 pesos, “para que un padre de familia se gane unos 300 o 400 pesos al día, necesita que toda la familia venda, hoy este ya no es un negocio, es sólo la manera para subsistir”.

El precio del ladrillo no ha variado desde hace cinco años y apenas si subsisten de este oficio

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