Polémica, como suelen ser sus acciones, así resultó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Puebla el fin de semana pasado, donde se reunió con el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta so pretexto de revisar los programas sociales de la federación en la entidad.

Y es que el mandatario nacional evitó tener contacto con los ciudadanos, con aquellos poblanos que acudieron a las inmediaciones de Casa Aguayo, oficina desde donde despacha el gobernador poblano, a tratar de saludarlo y hablar con él.

Tal vez por la veda electoral, tal vez por cuidar las formas, tal vez porque realizó una visita relámpago al estado y/o tal vez porque no estaba de buenas.

El caso es que el presidente y el gobernador se limitaron a reunirse en privado, con el equipo compacto y de trabajo del mandatario poblano, a tomarse las fotos para el boletín del evento y para mostrar un regalo que AMLO recibió de los poblanos.

Un documento original de 1861, en el que el entonces presidente Benito Juárez y el ministro de guerra, Ignacio Zaragoza, nombraron a Manuel Cortés, subteniente de la Segunda Batería del Batallón de Artilleros.

Allí es donde la mula torció el rabo, como dice el dicho, porque el mandatario nacional recibió como regalo un documento original que pertenece a los poblanos.

Un documento que debió permanecer en algún museo de la entidad para su exhibición y admiración de todos los ciudadanos.

¿No habrá sido mejor regalarle una copia?

Una copia como las cedulas reales que entrega el Ayuntamiento de Puebla a sus visitantes distinguidos.

Me pregunto ¿Qué otro documento histórico habrá sustituido el lugar del que se le entregó al presidente AMLO?

Sin duda el gesto del gobernador Miguel Barbosa para con el presidente fue una gran cortesía, porque precisamente logró el regocijo del mandatario quien es un amante de la historia y un fan de la figura de Juárez.

Empero, creo que hubiese sido mejor haber entregado una copia del documento original y el gesto habría sido el mismo.

Seguramente los detractores de Morena y de la 4T ahora tendrán más elementos para poder criticar la acción, el regalo y la visita de AMLO.

Ayer, entrevistaron al Secretario de Cultura, Sergio Vergara Berdejo, sobre la entrega del documento y no supo decir el origen o procedencia del documento regalado, por lo que apenas respondió que por la veda estaba impedido a decir de dónde procedía.

Lo cierto es que confirmó que es de los pocos y únicos documentos que tienen las rúbricas de Juárez y del General Zaragoza.

Insisto, ¿entonces habrá sido buena idea regalarlo?

Lo bueno de todo, tal vez, es que el documento será exhibido en Palacio Nacional, por lo que habría sido una donación de los poblanos para la nueva sede del Poder Ejecutivo del país, desde donde lo podrían disfrutar y admirar todos los mexicanos.

 

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La estatua de Javier López Díaz  

Otra polémica generada en Puebla el fin de semana que recién terminó fue la develación de la estatua del periodista Javier López Díaz, el llamado rey del rating y de la radio en Puebla.

El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, inauguró el corredor turístico de la calle 5 de Mayo en el Centro Histórico de la capital, ya sin ambulantes y limpia, y como parte de los atractivos colocó un andador de ocho estatuas de bronce de personalidades de la entidad.

Las figuras que permanecerán en el nuevo espacio son las de Hugo Leitch Meyer, escritor de “Las Calles de Puebla” que expone la historia de calles y barrios de la ciudad; Isabel de Portugal, quien otorgó el título de Ciudad de los Ángeles a Puebla en 1532; y Amy Louise Camacho Wardle, empresaria, activista y ambientalista quien fundó Africam Safari.

También están las imágenes de Natalia Serdán Alatriste, líder del movimiento revolucionario en Puebla; Pedro Ángel Palou Pérez, cronista del Estado de Puebla y figura emblemática del sector cultural; Elena Delfina Garro Navarro, guionista, periodista y escritora de “Los Recuerdos del Porvenir”; Gaspar Henaine Pérez, mejor conocido como “Capulina”, actor, comediante, músico, cantante, productor de cine y guionista.

Y allí estará permanentemente la estatuilla de Javier López, un destacado periodista poblano, quien encabezó por muchos años Grupo Acir y a la postre 5 Radio, propiedad de Coral Castillo de Cañedo.

Sin embargo, la inclusión de López Díaz generó una álgida polémica en redes sociales, toda vez que algunos internautas criticaron su estatua mientras otros reconocieron el gesto.

En lo personal, me parece que faltaron, entonces, las estatuas de otros personajes destacados de Puebla, también de los medios, como la de Don Enrique Montero Ponce, periodista y propietario de Tribuna Radiofónica; la del maestro José Luis Ibarra Mazari, destacado cronista, locutor poblano, creador de la columna Balcón y dueño de una voz inigualable; y la de Pepe Azpiazu, cronista deportivo poblano con 40 años de trabajo en la radio poblana.

¡Voy y vengo!, dijera el maestro Ibarra Mazari

 

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