Tras el descalabro propinado por la oposición en la cámara de diputados del Congreso de la Unión al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por el rechazo al proyecto de reforma eléctrica, ¿cuál será la consecuencia o el saldo? y ¿para quién?
El revés más fulminante, desde luego, es para el mandatario nacional, quien no ha visto las suya en los últimos meses.
Desde el escándalo de la “casa gris” parece que no ve la suya.
Después con la poca participación en su remedo de consulta para la revocación de mandato le dio jaqueca y malestar estomacal.
Y ahora con el rechazo a su reforma eléctrica parece que le dará diarrea.
Eso sí, hay responsables de esta nueva derrota al obradorismo que tienen nombre y apellido.
Porque, evidentemente, el cabildeo en la cámara baja, para tratar de aprobar la hoy difunta reforma, no se cumplió.
Y no se cumplió por mucho (275 votos a favor contra 223 en contra, los cuales no alcanzaron mayoría calificada).
El responsable directo no es otro que, Ignacio Mier Velasco, diputado federal poblano y coordinador de la bancada “mayoritaria” de Morena.
A Nacho Mier le salió todo mal.
Ya sólo le quedó subir a la máxima tribuna legislativa de San Lázaro a despotricar en contra de la oposición, de los diputados que le propinaron el golpe más duro de su carrera política, tal vez.
Un golpe que pudiera haber acabo con su sueño de ser candidato y gobernador de Puebla.
¿Será la peor consecuencia para Nacho?
¿Por qué no logró convencer a la mayoría de los diputados?
¿No resultó ser el operador que AMLO esperaba?
Y ahora que ya se sentía el gallo de Morena para 2024.
¿Qué pensará de todo esto el presidente?
Por cierto, que mal se vio el diputado morenista despotricando en contra del PRI y tachándolo como “un remedo de partido”.
¿A poco ya olvidó que ese remedo de partido le dio todo -cargos públicos, trabajo, dinero y poder- en los inicios y en casi toda su carrera política?
A ese tipo de personas en mi Puebla les llaman “malagradecidos”.
Por algo el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta ya dijo que ninguno de los primos Mier, ni Nacho, ni Alejandro Armenta, senador de la república, tiene oportunidad alguna para sucederlo en el cargo.
Y ahora será más fácil quitarlos del camino a ambos.
Con esto tiene argumentos sólidos para manifestarle al presidente que ni Nacho ni Alejandro son políticos con altura de miras, ni mucho menos confiables y efectivos.
Y el mandatario estatal tiene toda la experiencia en este tipo de negociaciones, cuando de aprobar algo con repercusión nacional se trata.
Allí está el famoso “Pacto por México” que Barbosa firmó como líder del PRD en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Y aunque después rompió con el sol azteca para trasladarse a Morena y al ejército obradorista, Barbosa siempre ha demostrado que es un animal político en toda la extensión de la palabra.
Tal vez no exista ni comparación en su papel de negociador, operador y cabildero político con Nacho Mier, quien sufrió, insisto, el descalabro que lo pudo haber descarrilado ya del camino a la gubernatura del estado.
Y si no ¿Cuál será ahora su excusa?
Todo mundo está enojado con Nacho en la cámara de diputados.
Por allí incluso una diputada federal del Verde, Rocío Alexis Gamiño García, también votó con contra del proyecto de reforma eléctrica.
Ni a ella la pudo convencer Nacho Mier, a pesar de formar parte un partido aliado.
¿De qué sirvieron los cientos de asambleas informativas para la reforma eléctrica llevadas a cabo en todo el país?
¿De qué sirvió el despliegue y derroche de recursos millonarios para su organización?
¿Será que sus prioridades estaban en otra parte?
¿Tal vez en su candidatura?
Va a ser muy interesante saber lo que opine el gobernador Barbosa sobre la derrota de Nacho Mier y la fallida reforma eléctrica de AMLO.
La crítica para la oposición está asegurada, eso sí.
Ojalá que nuestro mandatario sea sensato, y no como Nacho.
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