Parece que las cosas en la sección 51 del SNTE andan revueltas y no se ve para cuándo se normalicen, ni porque está a punto de renovarse la secretaría general que sigue encabezando Jaime García Roque.
Primero que por el reglamento, después por el mecanismo de elección, luego que por la pandemia, y ahora por los pantalones del actual líder sindical, quien sólo ha generado incertidumbre y zozobra sobre la transparencia y limpieza de lo que será su sucesión.
¿Qué pasa en el SNTE 51?
¿O será que los dichos, trascendidos y comentarios de los agremiados son ciertos?
Comentarios, por cierto, que ponen en el ojo del huracán al mismísimo García Roque y a sus allegados.
Y ejemplos hay muchos.
Porque se dice que la vida del secretario general del SNTE 51 no es de un maestro modesto y decente, sino más bien de uno de los conservadores, de esos que menciona en las mañaneras todos los días el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se dicen muchas cosas sobre el aun líder sindical.
Que si ha invertido millones de pesos en cirugías estéticas, que si ya tiene la baraja de los posibles gallos que lo van a suceder para seguir viviendo de las bondades que deja ser un líder sindical.
En fin, el caso es que se dice que aquellos que tienen posibilidades de convertirse en el nuevo líder de la sección 51 son: Jorge Vázquez, Gumercindo Herrera, Antonio Hernández y Alfredo Gómez.
A de plano se ha descartado en esa baraja es a Dinorah García Hernández, actual directora del Fondo de Ahorro de la Sección 51, quien conoce el teje y maneje del sindicato, por lo que seguramente habría una negociación para entregar cuentas claras sin enojos o sombrerazos.
Tal vez lo que se quiere es lanzar a por lo menos tres candidatos con el fin de pulverizar el voto y uno de estos resulte el ganador, por encima de otros aspirantes que tienen su velita encendida, a ver si en una de esas se les cumple su sueño guajiro, como Felipe Neri Morán Álvarez, secretario de finanzas.
La renovación de la sección 51 del SNTE está entrampada -desde hace dos años- debido al Covid-19 y a otras extrañas lindezas, tal como sucede en las 61 secciones de todo el país.
Lo trascendente es que las elecciones en el gremio, por primera vez, serán bajo las condiciones de la Ley Federal del Trabajo, la cual obliga a los sindicatos a tener nombramientos mediante el voto universal, directo y secreto, con lo que se anuló a los delegados sindicales que permitían al candidato del secretario en turno designar a su sucesor.
Empero, esta vez, el voto de los casi 30 mil trabajadores de la educación le darán la victoria a quien verdaderamente gane en las urnas, sin la intervención de los delegados, insisto.
Por ello, se espera que en esta elección la participación de los maestros sea copiosa, oportuna, firme y contundente. Por lo que si no existe un candidato sin arraigo la cosa se va a poner de a peso.
Y cómo no estaría interesante la elección del SNTE 51, si detrás está el control político y el manejo económico de más de dos mil 500 millones de pesos que deben existir en la “caja grande” del fondo de pensiones y jubilaciones, los cuales se le han descontado -vía nómina- a más de 29 mil trabajadores de la educación.
Esos recursos, a propósito, sirven como caja de ahorro para los maestros, quienes pueden solicitar préstamos a razón del 17 por ciento anual del monto solicitado.
Vaya negocio, no hay pierde, ya que se descuenta vía nómina, por lo que la caja del fondo de pensiones y jubilaciones es la verdadera manzana de la discordia.
Lo que debería explicar García Roque es por qué si existen maestros que tienen hasta seis años solicitando su jubilación, sin obtener nada a cambio, nunca hay recursos en la caja grande.
Habría que indagar dónde está el dinero del fondo de pensiones.
¿A poco no?
poncharelazo@yahoo.com.mx
En twitter: @poncharelazo
Facebook: Alfonso González