En el marco de la celebración del 30 aniversario del periódico Síntesis se da el contexto ideal para recordar la reflexión de Camus respecto a la libertad de expresión:

Comienza Camus; Cierto, toda libertad tiene sus límites; aun así es necesario que las libertades se reconozcan plenamente. A pesar de los obstáculos que hoy se imponen a la libertad de pensamiento, hemos dicho todo lo que hemos podido y todavía diremos, hasta la saciedad, todo lo que nos sea posible decir.
Lo que quisiéramos definir aquí son justamente las condiciones y los medios por los cuales, en el seno mismo de la guerra y sus servidumbres, es posible no sólo preservar sino incluso manifestar la libertad. Estos medios son cuatro: la lucidez, el rechazo, la ironía y la obstinación.

 

A cada uno de los medios que señala le da su explicación: La lucidez supone la resistencia a los entrenamientos para el odio y al culto de la fatalidad. En el mundo de nuestra experiencia, queda claro que todo puede evitarse. Un periodista libre… no se desespera y lucha por lo que cree verdadero, como si su acción pudiera influir en el curso de los acontecimientos. No publica nada que pueda incitar el odio o provocar la desesperanza. Todo eso está en su poder.

 

Cuando se refiere al rechazo…Todas las coacciones del mundo no lograrán que un espíritu mínimamente limpio acepte ser deshonesto. Por otro lado, y por poco que se conozca el mecanismo de la información, es fácil asegurarse de la autenticidad de una noticia. Es a esto a lo que un periodista libre debe darle toda su atención, ya que si no puede decir todo lo que piensa, sí puede al menos no decir lo que no piensa, o lo que cree falso. Esta libertad negativa es, por mucho, la más importante de todas si se sabe mantener, pues prepara el acceso a la verdadera libertad.  

 

Destaca, en palabras de Camus, lo que en estos 30 años viene haciendo el periódico Síntesis: En consecuencia, un periódico independiente da el origen de su información, ayuda al público a evaluarla, repudia el relleno de cráneos, suprime las injurias, palia con comentarios la uniformación de la información y, en fin, sirve a la verdad en la medida humana de sus fuerzas. Esta medida, aunque sea relativa, le permite al menos rechazar lo que ninguna fuerza del mundo podría hacerle aceptar: servir a la mentira.          

 

Continúa Camus con la ironía. Puede decirse en principio que un espíritu con el gusto y los medios para imponer la coerción es impermeable a la ironía. … Nos queda entonces la ironía como un arma sin precedentes contra los demasiado poderosos. La ironía completa el rechazo porque permite ya no repudiar lo que es falso sino muchas veces decir lo que es verdadero.

 

Y cierra con el último de los medios para lograr la prensa libre: esta disposición del espíritu, resulta obvio que no se sostendría eficazmente sin un mínimo de obstinación. A la libertad de expresión se interponen muchos obstáculos… La obstinación es en esto una virtud cardinal. Por una paradoja más curiosa que clara, ésta se pone así al servicio de la objetividad y la tolerancia.

 

Que siga el trabajo y referencia del periódico Síntesis, por estos treinta años y los demás por venir, porque como bien lo dice su lema: “sin libre expresión no hay libertad”. Enhorabuena y felicidades a todas las personas que hacen posible esta noble labor de informar.

[1] Profesora Investigadora Titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Catedrática de Licenciatura y Posgrado en la Facultad de Derecho UNAM.

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