Con la renovación de Morena en Puebla el barbosismo deberá lanzar al ruedo al sustituto de Eric Cotoñeto Carmona, ex operador del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y quien está fuera de cualquier asunto político en el estado.

Hay mucho que jugar y que defender en el partido de la 4T.

Porque vaya que se dará una verdadera guerra -sin tregua- al interior de Morena.

Y para eso Cotoñeto ya tenía medido al partido, sabía cómo, por dónde y en qué momento actuar.

Va a ser muy interesante observa si Julio Huerta Gómez, director General de Gobierno y primo del mandatario, tiene el control de las bases y de la estructura barbosista la cual les permitió hacerse de la primera magistratura del estado.

Y es que ciertamente la estructura que poseía Eric Cotoñeto se desarticuló pero parece estar a la expectativa de lo que sucede políticamente en el estado.

Y con el ex mano derecha del barbosismo en tierra o sin él, parece que algunos lidercillos que formaban parte de ella podrían reactivarse de manera independiente, o con el apoyo de algunos personajes como Jorge Mota, gente cercana a Cotoñeto.

Porque en Morena se prevé una guerra sin cuartel para definir las 150 consejerías estatales que deberán elegirse el próximo 30 de julio, y de parte de todos los líderes de las tribus morenistas.

Se visualiza una batalla como en los mejores tiempos del PRD en Puebla, ya que Morena se ha convertido en un espejo de las mil y una batallas del sol azteca, cuando este partido apenas se conformaba con regidurías, direcciones, subdirecciones y migajas que el partido en el poder le otorgaba a cambio de prestarle sus siglas.

Tal parece que en la lucha intestina en Morena los más beneficiados podrían ser el gobernador Barbosa, el senador Alejandro Armenta Mier, y aunque resulte sorprendente, el grupo de Ignacio Mier Velasco, líder de la bancada obradorista en San Lázaro, además del que comanda la ex edil Claudia Rivera Vivanco.

El resto de los grupúsculos de Morena, entre los que se encuentra el de Abelardo Cuellar Delgado, ex titular del trabajo en Puebla; el de Rosa Márquez Cabrera (su hijo David y su marido Jorge Méndez), el de Aristóteles Belmont Cortés, el de César Addi Sánchez y el de Carlos Evangelista Aniceto, parece que no tendrían oportunidad.

Sobre todo porque a estas tribus morenistas el que los sumaba para hacer un solo frente era ni más ni menos que Eric Cotoñeto.

Ya veremos quién será el heredero de la estructura que el ex operador barbosista poseía, ya que de esta dependían muchos personajes que hoy por hoy son funcionarios de la 4T.

La designación de las 150 consejerías de Morena será, sin duda, una prueba para el nuevo operador del gobernador Miguel Barbosa, quien siempre dejó en manos de Cotoñeto este tipo de procesos.

¿Quién será el bueno?

¿Será Julio Huerta?

¿Será Jorge Mota?

O habrá nuevo operador surgido de las bases de Cotoñeto.

Porque dicen que ahora en la debacle del ex operador barbosista salieron a relucir las lealtades y deslealtades, la solidaridad y las traiciones.

Particularmente, porque se hicieron muchas historias de la salida de Cotoñeto del gobierno, unas ciertas y otras falsas.

Por algo dicen que sólo el gobernador Barbosa y el mismo Cotoñeto saben la verdad de la dimisión del segundo.

Eso sí, por lo pronto Eric, dicen, se tomará un año sabático para poder disfrutar a su familia.

La política, por ahora, puede esperar.

Por algo no se metió al callejón de los chingadazos.

Y, también, por algo se privilegió el respeto entre el gobernador Barbosa y el mismo Cotoñeto.

poncharelazo@yahoo.com.mx

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