Por Arianna Cos

Cuando hablamos acerca de feminicidio, lo primero que se nos viene a la cabeza obviamente es la víctima, es decir, la mujer asesinada, pero se nos olvida un detalle muy muy importante: en caso de que haya tenido hijos, ¿Qué pasa con ellos? Porque no pierden únicamente a sus  mamás,  sino también a los padres en caso de haber sido ellos los victimarios, lo cual es lo más común.

Ya sea que estos hayan sido encarcelados o hayan logrado huir de las autoridades judiciales, los hijos e hijas se quedan huérfanos.

Aunque existan familiares que puedan hacerse cargo de ellos, son bocas más que alimentar, cuerpecitos más que cuidar y vestir  así como cerebritos más para educar.

Dicen que donde comen dos comen tres y aunque es cierto, no significa que no se vuelva  más complicada la manutención de los pequeños o adolescentes a su cargo.

Aunado a esto, hay familias que aceptan la tutela de los menores pero que les dan un trato indigno, lo cual complica su situación. Imagínense, ya perdieron a los papás, ya están marcados de por vida con un trauma semejante y todavía, su familia ampliada los hace sentir que son una carga.

Debido a lo anterior, en la República Argentina fue aprobada en Julio de 2018 por la Cámara de Diputados la  “Ley Brisa”.

Esta ley consiste en la reparación económica para hijos e hijas víctimas colaterales de feminicidio; surgió a raíz del caso de una mujer que fue reportada desaparecida y cuyo cuerpo fue encontrado a principios de Enero de aquel año. La mujer era mamá de gemelos y de Brisa, una pequeña de 2 años, quienes quedaron a cargo de su abuelo materno al ser detenido su marido como principal sospechoso.

La recién aprobada Ley, consiste en pagar una cantidad mensual a los hijos de las víctimas hasta la edad de 21 años. Mientras sean menores de edad, los tutores serán quienes administren el dinero otorgado por el Estado, pero al cumplir los 18 años, se le entregará directamente a los hijos.

Asimismo, el Estado mediante esta ley, cubrirá las necesidades de salud físicas y psíquicas de las víctimas colaterales, en razón de que es su obligación brindar esta atención a falta de los padres.

En una época en la que en vez de disminuir la violencia hacia las mujeres en Latinoamérica aumenta, este tipo de leyes me parecen pertinentes y acertadas porque las autoridades políticas y de justicia suelen centrar su atención en las víctimas del feminicidio, lo cual no digo que esté mal porque solo haciendo correctamente su trabajo pueden detener a los culpables, pero no se detienen a pensar en qué se podría hacer para mejorar la situación en la que quedan los hijos.

La Ley Brisa espero sirva de ejemplo para las autoridades mexicanas; en nuestro país hace falta una ley que garantice la protección de los derechos de los niños y adolescentes a una vida digna en caso de perder a sus padres.

Pero hay un detalle; sabemos que hay tutores que en vez de administrar el dinero a favor de los menores lo usan a su arbitrio, por lo que la Ley que se llegara a aprobar debería contemplar un tipo de seguimiento del dinero asignado; podría ser realizando evaluaciones periódicas  acudiendo a las casas de los menores para determinar que la cantidad otorgada se esté usando para los fines correctos.

Esto serviría asimismo para detectar si existe algún tipo de maltrato por parte de los tutores; con la actitud de los niños o adolescentes las autoridades competentes podrían hallar alguna anomalía.

Argentina nos lleva la delantera por mucho en este tema; ojalá México pronto le siga los pasos.

Nos leemos el próximo lunes.

CONTACTO

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