Todas las iniciativas enviadas por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta al Congreso del Estado, sin excepción, van a ser aprobadas por la mayoría en el Poder Legislativo, lo que convertirá al mandatario en el “gran legislador poblano”.
Y sin siquiera haber sometido a la ridícula y falsa oposición, particularmente la del PRI.
Porque el tricolor es un partido totalmente entregado a quien gobierna y controla el estado.
Aplican aquello de “más vale sumarse a la mayoría” que entrar en una guerra que a todas luces está perdida.
Por ello el perfil de oposición de los actuales líderes priistas ya no existe ni como membrete.
De hecho, el líder del tricolor en el estado, actual diputado y presidente de la mesa directiva del nuevo periodo de sesiones del Congreso, Néstor Camarillo Medina, intercambio su actual posición en la mesa directiva a cambio de su plena obediencia legislativa.
Porque todo mundo sabe que el verdadero gestor y asesor legislativo, líder del PRI y mandón de aquel partido político no es otro que Charbel Jorge Estefan Chidiac.
Ambos, tanto Néstor como Jorge, ahora, están convencidos de que lo mejor es transitar aliados con Morena para lograr la mentada alianza que los convierta en el PRI-MOR poblano, de cara al proceso electoral del 2024.
Los priistas tienen todo para ganar, ya sea que se dé o no el mentado PRI-MOR de manera oficial o de facto.
Es más, el viraje de actitud, de posición y de discurso de su líder nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, ahora conocido como “Amlito”, y quien se arrodilló ante el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y ante Morena para evitar la cárcel por sus múltiples tropelías en el servicio público, les vino bien a los priistas poblanos.
Tienen el pretexto perfecto para sumar voluntades con el gobierno barbosista de Puebla, amo y señor de Morena y de las decisiones políticas que se toman aquí, en el estado.
La posición de Néstor Camarillo la quería y la peleó simplemente porque en sus sueños de opio sólo tiene dos objetivos: el primero, catapultar su imagen desde el Congreso para promover su disque trabajo y ser más conocido en la ciudad; y el segundo, lanzarse en busca de la candidatura al Ayuntamiento de Puebla haya o no alianza con el PAN o con Morena porque dizque le alcanza para convertirse en edil.
Los priistas -en el ámbito local y nacional- son las nuevas meretrices del Poder Legislativo.
Por ello votarán a favor de todas las iniciativas del gobernador Miguel Barbosa, quien hay que reconocer que sigue trabajando y generando polémica y debate en el ámbito legislativo como en sus mejores tiempos como legislador.
El paquete de iniciativas enviado ayer al Congreso local vaya que dará de qué hablar.
Eso sí, la reforma judicial ya es un mero trámite porque será aprobada a pesar de la oposición del PAN, si es que la hay porque también parece una sucursal más de amigos y compadres del estado.
Y lo mismo sucederá con la reforma a la Ley de Notariado que propone el Ejecutivo, así como la iniciativa relacionada con los asentamientos irregulares y la que tiene que ver con la verificación de los automóviles que circulan en el estado.
El gobernador Miguel Barbosa está convertido en el “gran legislador poblano”.
Hacen bien los diputados que integran la LXI Legislatura en reconocer el trabajo del Ejecutivo y limitarse a observar cómo llegan sus iniciativas para en su momento votarlas y aprobarlas.
Sólo para eso sirve la gran mayoría, con sus honrosas excepciones.
Porque muchos de los legisladores apenas si saben levantar la mano y calentar su asiento.
Y no sorprende porque para eso los pusieron allí.
Tanto que tuvieron que modificar la integración de la mesa directiva del primer periodo ordinario del segundo año de ejercicio Legal del Congreso.
Eliminaron a la diputada Guadalupe Leal Rodríguez, por ser una panista critica del estado.
Y no es para menos, porque el Congreso del Estado es una sucursal más del gobierno del estado.
Tan independientes que parecían.
Qué bárbaros.
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