El día de muertos es una de las festividades más esperadas en nuestro país, si bien estamos siempre enlazados con nuestros difuntos, la colocación del tradicional altar de muertos fortalece aún más esta conexión, realzando los valores que tenemos como mexicanos.
El altar de muertos se ha convertido en un hito de estas festividades, llevando consigo un simbolismo de esperanza, enlace y amor. La realización de estos altares expresa una bienvenida a nuestros seres queridos, recibiéndolos mediante diversos peldaños que, además de darle un carácter a nuestra ofrenda, llevan un significado particular.
Como hemos visto, existen múltiples elementos que complementan los distintos niveles de nuestra ofrenda, sin embargo, debemos empezar por saber el trasfondo de los mismos.
Primer nivel: En este se coloca una fotografía del santo al que el difunto le era devoto.
Segundo nivel: En este se recomienda la colocación de una fotografía de las ánimas del purgatorio, esto para que nuestro difunto tenga permiso de salir de allí.
Tercer nivel: Aquí se estila la colocación de agua o sal, las cuales permiten la purificación del alma y que no se corrompa el cuerpo.
Cuarto nivel: En este nivel se coloca el tradicional pan de muerto, este simboliza la eucaristía.
Quinto nivel: Este nivel se dedica a la colocación de la comida y bebida preferida por nuestro difunto.
Sexto nivel: Aquí se recuerda para quién está dedicada la ofrenda, ya que se coloca una foto del difunto.
Séptimo nivel: En este se debe formar una cruz con semillas, también se puede colocar fruta o cal, esto para que el alma transitoria expíe sus culpas.
Podemos ver que la meticulosidad con la que se prepara el altar de muertos va acompañada de un sentimentalismo por parte de la familia, es por esto que se ha convertido en una de las tradiciones más importantes para los mexicanos.