Por: Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos
En días pasados, se dio a conocer la noticia de la renuncia del secretario de Educación Pública del Estado de Puebla, Dr. Melitón Lozano Pérez, después de la protesta de docentes estatales por no haber recibido el incremento salarial que sí recibieron sus homónimos federales. Los primeros se sintieron en desventaja y salieron a las calles a reclamar dicho incremento, lo que fue la antesala para que Lozano Pérez se viera obligado a renunciar a su puesto.
Sin embargo, se dice que “se colgó la soga al cuello” al destaparse para ocupar la gubernatura en el próximo sexenio, cuando nadie lo había mencionado para tal puesto. Seguramente el gobernador Miguel Barbosa lo vio como un candidato fuerte y con quien tendría que medir a su propio candidato; antes que eso, prefirió sacar de la jugada política a Melitón Lozano y lanzar a las calles a los profesores para protestar por la falta del ya mencionado incremento salarial, justo cuando López Obrador estaba de visita en la entidad.
Melitón Lozano “cayó redondito”, en toda la extensión de la palabra, pues ante tal situación no tuvo otra más que renunciar a la SEP y entregarle el puesto al señor gobernador, que con mucho más colmillo político se lo arrebató a quién había osado ignorarlo cuando se postuló a sí mismo como candidato a la gubernatura. Sólo me queda comentar sobre quién es el actual titular de Educación Pública en nuestro estado; se trata del señor José Luis Sorcia Ramírez, licenciado en Administración de Empresas, con una maestría también en Administración, ambos grados obtenidos en la UPAEP.
No quiero meter mi cizaña, pues ya se sabe que el titular de una Secretaría de Educación no necesita ser un experto en la materia y es conveniente que sea un buen administrador, por las muchas gestiones que se realizan; sin embargo, es conveniente y hasta necesario que tenga algún contacto o algún conocimiento con los problemas educativos de la entidad, más allá de los que conoce por haber sido alumno alguna vez en su vida. Ese sí era un buen pulso que tenía Lozano Pérez al haber sido alumno, docente y director de escuelas públicas, pero bueno, no quiero comparar.
Otro cambio importante que se dio en la SEP fue el de María del Coral Morales Espinosa, quien fue sustituida por Alicia Gabriela Flores Oropeza, en la Subsecretaría de Educación Obligatoria, uno de los despachos más importantes en la SEP por el número de estudiantes y docentes que atiende; por la obligatoriedad que tiene el Estado con la educación, así como por los cambios sustanciales que se están dando en materia educativa en el país.
Morales Espinosa tiene un muy buen currículum, pues es doctora en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala, además de ser académica de instituciones de educación superior, por lo que posee toda la experiencia educativa necesaria. Sin embargo, no encontré datos de Alicia Gabriela Flores Oropeza, aunque sí una nota periodística del 2019 en donde se dice que profesores de Tehuacán, Tepexi de Rodríguez y Ajalpan protestaron cuando la designaron supervisora de la zona, pues había sido destituida como directora del Centro Escolar Venustiano Carranza por malos tratos y violentar los derechos laborales de sus colaboradores.
Y ahora, es nada más y nada menos que la subsecretaria de Educación Obligatoria. Lo que suele pasar en estos casos es que, a más poder, más prepotencia. Pobres supervisores, directores, profesores de educación obligatoria que tendrán que tolerar en los siguientes meses a una subsecretaria que no tiene consideración en su trato e incluso ética para realizar sus funciones. Me llama la atención no haber encontrado su currículum, por lo que no tengo nada que decir al respecto, excepto que los docentes levanten la voz si sus derechos son afectados.
Como persona ajena a la SEP, pero estudiosa de los procesos educativos y de la política educativa, haciendo un balance podría decir que perdimos a un secretario de Educación que es doctor en Educación, especialista en Derecho a la Educación; y perdimos a una subsecretaria de Educación Obligatoria, con el grado de doctora en Educación y con toda la experiencia en la materia. A cambio, tendremos en la titularidad de la SEP a un administrador de empresas con maestría en Administración, lo que puede no estar mal; y a una subsecretaria de Educación Obligatoria que puede ser una déspota y de la que académicamente se sabe muy poco.
Profesores y profesoras, ustedes tendrán la última palabra después de palpar las diferencias, ojalá alcen la voz si esto no funciona y pidan un cambio al señor gobernador, de la misma manera que lo hicieron para exigir su derecho a un incremento salarial.