El director de Normatividad Ambiental e Imagen de la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano, Manuel Díaz García dio a conocer que los bares y antros deberán tramitar en 2023 una licencia de generación de ruido, de lo contrario, se aplicarán multas que rebasen los límites de decibeles permitidos que van de las 20 a 20 mil UMAS (mil 924 a un millón 924 mil pesos) y hasta clausuras.
En entrevista, mencionó que una vez que se aprobó la homologación de la Ley de Contaminación Auditiva, el Ayuntamiento de Puebla podrá aplicar las sanciones económicas ante citadas.
El funcionario aclaró que las reformas están enfocadas en regular el ruido que generan establecimientos como antros, bares y giros negros, que son los que más denuncias ciudadanas tienen.
«Ya hemos tenido reuniones con las asociaciones de bares y antros en la Juárez, Huexotitla, Anzures, San Manuel, entre otros para que sepan de lo que trata está ley y se acoplen para evitar sanciones».
Díaz García precisó que además de establecer sanciones que van de las 20 a 20 mil UMAS (mil 924 a un millón 924 mil pesos) y hasta la clausura si son reincidentes en rebasar los decibeles permitidos, deberán contar a partir de 2023 con una licencia para poder generar ruido pero sin excederse.
Reveló que la licencia establece de manera obligatoria que los establecimientos cuenten con medidas de mitigación para que el ruido no salga de sus instalaciones para no afectar a los habitantes aledaños.
En este sentido, sentenció que los establecimientos que no cuenten con dicha licencia, serán sancionados y cerrados sus negocios.
«A partir de 2023, los establecimientos que generan ruido tendrán que tramitar una licencia para generar ruido pero sin rebasar los decibeles, la cual establece de manera obligatoria implementar medidas de mitigación de ruido, de lo contrario serán sancionados o en su caso serán objeto de clausura».
El director de Normatividad Ambiental e Imagen de la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano aseveró que cuentan con los suficientes sonómetros para implementar operativos, sin embargo, si es necesario se adquirirán más.
Al final, admitió que la regulación de bailes sonideros estará bajo supervisión de lo que defina la nueva ley contra la contaminación auditiva.