Por Alfonso González

El líder del Senado de la República, el poblano Alejandro Armenta Mier, está decidido ya no a competir por la candidatura de Morena, su partido, al gobierno de Puebla, sino a arrebatar lo que le otorgan todas las encuestas.

Porque de acuerdo a los distintos y últimos estudios de opinión, realizados para medir a quienes han manifestado su deseo por la candidatura, es el legislador el puntero y el más adelantado.

Supera en conocimiento, y en percepción a sus más cercanos competidores de Morena, a Ignacio Mier Velasco, a Claudia Rivera Vivanco y hasta Julio Huerta Gómez, el último de los mohicanos del barbosismo.

Incluso pasa por encima de la nueva aspirante, la titular de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González.

Y ya ni se diga del resto de los aspirantes Olivia Salomón Vivaldo y Rodrigo Abdala Dartigues.

Otros aspirantes, si es que los hay y no son un mal chiste, ni pintan, ni están considerados por nada, ni por nadie.

Si la candidatura de Morena a la gubernatura del estado se da por encuestas entonces Armenta se alzaría con la victoria. De lo contario, algo va a pasar en el partido de la 4T en Puebla.

El caso es que ante éste escenario, los equipos de los punteros, los primos Mier, se empezaron a reforzar, a fin de poder lograr la mejor estructura, la más fuerte y poderosa.

Ya vimos que Nacho Mier empezó a reconciliar y a congregar nuevamente al morenovallismo, empezando por Fernando Manzanilla Prieto.

Lo mismo empresarios, panistas, priistas y perredistas se han empezado a sumar a la carga del coordinador de los diputados federales de Morena, quien ha empezado a ganar terreno en Puebla y a generar una buena percepción.

Empero, parece que Armenta ha hecho lo propio pero con un detalle extra que pudiera marca la diferencia: logró convencer a cuatro personajes que han colaborado con él en algún momento de su carrera, políticos maduros, hechos, colmilludos, probados y, por qué no decirlo, hasta marrulleros.

De entrada logró juntarlos y sumarlos a su proyecto de cara al 2024.

Yo les llamo los 4 jinetes del apocalipsis de la política poblana por su trayectoria.

Ellos son: Eric Cotoñeto Carmona, Mario Rincón González, Rodolfo Huerta Espinosa y Jesús Edgar Alonso Cañete.

Todos, sin excepción, ex funcionarios, ex diputados, ex regidores y hasta ex secretarios de gobierno.

Porque se puede sumar a un proyecto político a los hombres de poder, a quienes les sobra el dinero para operar la elección; sin embargo, la clave es la operación en tierra.

Allí está la razón de la adhesión de estos 4 personajes a la campaña de Alejandro Armenta.

Los 4 nuevos operadores de Armenta, además de polémicos, por supuesto, tienen una característica muy similar: organizaron campañas y las ganaron.

Y miren que las ganaron legalmente, y en el callejón de los madrazos.

El más polémico, tal vez, por sus más recientes escándalos es, sin duda, Eric Cotoñeto, el ex operador barbosista, quien tuvo todo, se volvió loco por no medir el poder político y económico, y terminó defenestrado del gobierno.

Cotoñeto, todo mundo lo sabe, fue quien operó la campaña barbosista en tierra, el coordinador de las tropas del ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, y quien la ganó con apoyo de Morena.

No hay duda que pudiera ser un buen elemento si alguien lo controla y no lo deja volar.

El único problema es que con posición a Cotoñeto se le olvida su naturaleza, de donde viene y la gente que lo apoya. El dinero y el poder, en exceso, le hacen daño, lo ciegan.

Y algo similar sucede con Alonso Cañete, quien ya fue diputado local y regidor en su momento.

Por cierto, como es el destino y la vida, porque ambos, tanto Cañete como Cotoñeto, trabajaron y se hicieron con Miguel Barbosa. Fueron dos de sus mejores cachorros.

Por cosas del destino, Jesús Alonso se separó de Barbosa y siguió su propio camino, pero ahora Armenta los volvió a juntar.

El ex regidor Cañete es un político de tierra, de choque, de la estructura que no se ve pero que opera y se siente.

Con Cañete, Armenta suma a su equipo a un ala importante de los campesinos, de los comerciantes y de los sectores de abajo.

Caso contrario a Cañete y Cotoñeto, al equipo de Alejandro Armenta se sumó como vocero, como lo adelantó Posdata, Rodolfo Huerta, un hombre culto, pensante, de buen discurso y oratoria, pero de análisis.

El también ex diputado local ya trabajó en su momento con el senador, a quien empezó a apoyar desde hace al menos 20 días.

Finalmente, Mario Rincón, el ex morenovallista es un político avezado que aprendió las travesuras necesarias en su etapa como funcionario de sexenios pasados. También de colmillo afilado.

Ya sólo me pregunto: ¿De los 4 jinetes del apocalipsis de Armenta quién monta el caballo blanco (la conquista y la victoria), quien el caballo rojo (la guerra), quién el caballo negro (el hambre de poder) y quien el caballo pálido (la muerte o la derrota)?

 

poncharelazo@yahoo.com.mx

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