El movimiento de sus manos y del cuerpo, el compás que sigue la batuta, pero sobre todo su pasión por la música, son las formas de comunicar más visibles de la doctora Lizzi Ceniceros al dirigir a más de 60 profesionales que integran la Orquesta Sinfónica Universitaria (OSBUAP), la cual, desde su creación hace 18 años, es liderada por primera vez por una mujer.
Atraída de manera casi innata por la música, la relación que guarda con ella es “muy del corazón”, señala al recordar cómo su padre le inculcó esta pasión: “Me sentaba con él en el sillón a escucharla, hasta que me mandaba a dormir, pero luego en mi cuarto me acostaba en el piso para colocar mi oreja y seguir oyendo, hasta que me quedaba dormida. Siempre tuve esa conexión. Además, mis bisabuelas fueron concertistas, cuando ser mujer en la música era un camino imposible, entonces ya tenía en la sangre este camino”.
El acordeón y el piano fueron sus primeros instrumentos y desde muy joven tomó la responsabilidad de conducir el ritmo de algunos ensambles, una experiencia que le permitió sentar las bases de lo que sería su propio proyecto de vida, al cual se dedica de manera profesional desde hace 23 años cuando fundó la Orquesta Juvenil Salesiana, la cual aún dirige, lo mismo que la Orquesta Iberoamericana.
Lizzi Ceniceros es cofundadora de la Fundación Proyectos y Arte por Iberoamérica; además es socia y directora del Consejo del Grupo Empresarial Contrapunto. Dirige la Orquesta Contrapunto México, creada para representar al país en festivales internacionales. Es embajadora e integrante del consejo consultivo de la Federación Eurochestries, una de las más importantes, respecto a encuentros de orquestas juveniles en el mundo.
Al recordar su travesía en las orquestas, la actual directora de la OSBUAP menciona con especial estima a quienes contribuyeron en su formación profesional y musical, maestros como Jorge Córdova, compositor mexicano de alto nivel, o Ángel Luis Pérez Garrido, uno de los exponentes de dirección más importante en el mundo: “Ellos son mi precedente en la dirección y quienes me invitan a estar al frente de orquestas juveniles”.
Con la BUAP, una cita programada
Por su trayectoria, la OSBUAP es reconocida como una orquesta consolidada. La integran 68 músicos profesionales, 35 por ciento son egresados BUAP. En conjunto ofrecen al público piezas que incluyen todas las familias de instrumentos: violines, violas, chelos, contrabajo, trombones, fagot, clarinetes, trompetas, percusiones, piano, arpa y corno francés, entre otros.
Su respaldo institucional y prestigio fueron decisivos para que Lizzi Ceniceros aceptara el nuevo reto de dirigir a la OSBUAP; no obstante, recuerda que hace tiempo, cuando la escuchó por primera vez, sintió el deseo de participar con ella.
“Estoy muy contenta de estar aquí, en la universidad. Hace años tomé en el CCU un curso, justamente sobre dirección de orquesta, y cuando vi las instalaciones y escuché la orquesta me gustó mucho. Pensé: ojalá algún día pueda venir a dar un concierto y doce años después soy la directora titular; quizá mi corazón lo programó sin darme cuenta”.
La propuesta de trabajo para este periodo considera ofrecer una temporada de conciertos de música clásica, pero también de nuevos compositores; al mismo tiempo, en coordinación con las compañías de la BUAP: Coro Sinfónico, de Danza Contemporánea, Titular de Teatro y Ballet Folklórico, montar proyectos que permitan al público disfrutar de un espectáculo multidisciplinario.
“Tenemos la intención de colaborar con todas las compañías y brindar una oferta que implique no sólo escuchar la orquesta, también disfrutar a otros artistas, por eso presentaremos El Fantasma de la Ópera; es decir, tenemos varios propósitos: generar prestigio con obras de alto nivel clásico, favorecer a los compositores y músicos al dar a conocer sus creaciones, pero también fomentar el acercamiento de la comunidad a la música de orquesta, hacerla muy de los jóvenes, por eso existe la intención de sacar los ensayos a espacios comunes como jardines, explanadas o preparatorias, así nos acercaremos a nuevos públicos”.
El programa de esta nueva temporada de la OSBUAP contempla música de Beethoven, Dmitri Shostakóvich, Bartók y de compositores mexicanos, entre otras propuestas que incluyen piezas de películas o videojuegos, con las que buscan capturar la atención de los jóvenes y niños, sin dejar de lado el gusto por la música clásica.
“No olvidemos que las grandes pasiones de la vida siempre están reflejadas en la música clásica, sólo que no todos lo saben. A mí me gusta mucho dar contexto en los conciertos, informar sobre lo que estamos ofreciendo, por eso queremos repertorios atractivos para ver a los jóvenes emocionados, que lloren con las piezas, es como cuando invitas a comensales, no preparas cualquier platillo, haces algo especial para agradar, por eso es importante planear los programas de acuerdo con los públicos para que queden emocionados y con ganas de regresar al siguiente concierto”.
Para la directora de la OSBUAP, la verdadera misión de una orquesta es curar el alma de una sociedad, hacer que el público vibre en el concierto, que no salgan igual que como llegaron. Ese mismo entusiasmo, advierte, debe existir en los músicos durante el concierto, aunque también está la responsabilidad de cumplir con un trabajo que da prestigio a la institución: “Dirigir es la magia de tener todas esas esferas en el aire, sin que ninguna se te rompa”.
Lizzi Ceniceros recibió el Galardón Mujeres Mexicanas a la Vanguardia, por la Fundación Cuadros y Rostros, en marzo de 2015; el Premio México en tus Manos por el Senado de la República en 2016; la Medalla a la Trayectoria Profesional por la Universidad Latina en 2017; y el Doctorado Honoris Causa por el Claustro Doctoral Iberoamericano, en 2018. También fue reconocida en los últimos años por el Senado de la República, con el Premio a la Mujer del año. Recibió el Premio Batuta 2019, por la Sala Roberto Cantoral; además de ser Embajadora de La Paz Mundial 2022, por la ONU-Encuentro Internacional de Líderes, entre otras distinciones como ser deportista, madre de familia y la primera mujer en dirigir la OSBUAP.