De acuerdo con el informe sobre las Perspectivas de los Mercados de Productos Básicos elaborado  el Banco Mundial, si bien  en estos momentos no se tienen las mismas condiciones que las imperantes en 1970 en Medio Oriente, las perturbaciones actuales podrían empujar a los mercados mundiales de materias primas “hacia aguas desconocidas”.

          En las peores circunstancias, si  el conflicto Israel versus Hamás termina involucrando a otros actores regionales como Irán, cabría la posibilidad de que sucediera “una asfixia” en el suministro de  petróleo hasta en 8 millones de barriles diarios.

“Esto llevaría los precios del crudo Brent de referencia de alrededor de 95 dólares a escalar entre 140  a 157 dólares por barril, más del doble de los precios actuales”, advirtió el Banco Mundial.

Con  la invasión de Ucrania se desataron una serie de sanciones contra Rusia que, entre otras cosas, derivaron en un boicot del petróleo y del gas ruso por la Unión Europea (UE) y que  llevaron a los europeos a darse un tiro en el pie con las sanciones dado que pagaron, casi el triple por el precio del gas, durante el invierno pasado y las gasolinas hasta treinta centavos más caras por litro.

          La gran interrogante actual ante  la agresiva respuesta bélica de Israel sobre de los civiles palestinos de la Franja de Gaza tiene que ver con la postura que finalmente adoptará Arabia Saudita que es el principal productor de petróleo en el mundo y cuya diplomacia llevaba más de dos años en pláticas con sus contrapartes de Israel, con la mediación de la Casa Blanca, para que  la monarquía saudí reconociese la existencia del Estado de Israel y estableciese relaciones diplomáticas, económicas y comerciales.

          Recién lo había anunciado el primer ministro Benjamín Netanyahu, apenas el 21 de septiembre pasado, él dio a conocer públicamente que Israel estaba a semanas de signar  un acuerdo diplomático trascendental para Tel Aviv con el gobierno de Riad.

          Un acuerdo que concitó las críticas abiertas del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, al condenar que la normalización de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Israel sería una “puñalada por la espalda a los palestinos” y a su resistencia, tras 75 años de ocupación judía, del territorio de los palestinos.

          En marzo de este año, otro acercamiento histórico aconteció con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita. De hecho, Raisi llamó por teléfono al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, a propósito de los bombardeos de Israel contra los civiles palestinos que ya superan en cifras preliminares los diez mil muertos en Gaza.

A COLACIÓN

 De acuerdo con lo publicado por la prensa en Medio Oriente, en dicha conversación, ambos condenaron a Israel  por lo que coincidieron en llamar  crímenes de guerra contra los palestinos.

          Sin embargo, se ignora si Arabia Saudita terminará suspendiendo su acercamiento con Israel y tomará un papel más activo en pro de la causa de los palestinos.

          En los últimos tres años, la política exterior saudí ha mantenido algunas decisiones desconcertantes sobre todo para la Casa Blanca que considera a Arabia Saudita como uno de sus aliados en la región.

          Contrario a lo que se esperaba recién iniciada la invasión de Rusia a Ucrania y tras el boicot de occidente al gas y al petróleo rusos, el presidente norteamericano Joe Biden pidió a Bin Salmán que Arabia Saudita incrementase su producción de petróleo a fin de contener  una subida de los petroprecios en el mercado internacional. Sin embargo,  Arabia Saudita hizo justamente lo contrario.

          De hecho, este año Arabia Saudita se unió a Rusia y extendió sus recortes en la producción de petróleo: hasta el  próximo diciembre se han recortado un millón de barriles diarios de petróleo de Arabia Saudita y  300 mil barriles diarios de exportaciones de Rusia.

          Antes de la guerra de Israel, del  pasado 7 de octubre, los futuros  del crudo Brent, superaron los 90 dólares por barril por primera vez este año. El crudo West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos alcanzó los 87.75 dólares. Estos recortes impactan al 1% de los suministros mundiales y ahora hay dos guerras con alcance geoestratégico.

          Y recordemos que los precios del crudo han subido más de un 20% desde mediados de junio. Este aumento se ha producido ante la continua debilidad económica en China, el cliente más importante para los exportadores de petróleo, como los saudíes. No hay que perder de vista este dato…

          @claudialunapale

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