A pesar de poseer varias bases científicas, la Antártida es el continente menos explorado del mundo, lo que implica que aún sea un enigma para todos en muchos aspectos.

Y una noticia que sorprende a los científicos desde hace algunos años son las pirámides montañosas naturales que afloraron desde la capa helada que casi todo lo cubre en el continente blanco.

Esta foto ha circulado durante años desde que Google Earth puso a disposición imágenes satelitales de la Antártida para el público en general. La montaña en cuestión, ubicada en las coordenadas 79°58′39.25″S 81°57′32.21″W, se encuentra en la parte sur de la cordillera Ellsworth de la Antártida y tiene una forma inusualmente geométrica, similar a las Grandes Pirámides de Giza en Egipto.

Esto ha llevado a muchas personas a preguntarse qué podría haber causado esta extraña formación en un continente en gran parte cubierto de hielo y prácticamente habitado.

Como era de esperar, han surgido especulaciones que sugieren la intervención de extraterrestres o civilizaciones antiguas en la construcción de estas estructuras. Otros han propuesto la idea de que podrían ser los restos de una antigua civilización o incluso estar relacionados con los Illuminati, una sociedad secreta del siglo XVIII. Algunos han llegado a sugerir que la Antártida podría haber tenido selvas tropicales en la prehistoria, lo que haría posible tales construcciones.

Sin embargo, según explican los expertos en geología y ciencias de la Tierra, la realidad detrás de esta montaña pirámide es simplemente científica.

Eric Rignot, profesor de ciencias del sistema terrestre en la Universidad de California, y el doctor Mitch Darcy del Centro Alemán de Investigación de Geociencias, han ofrecido una explicación más plausible sobre la formación de esta montaña. Según ellos, la estructura rocosa en cuestión es simplemente una montaña natural que ha sido moldeada por los elementos a lo largo de millones de años. La combinación de la nieve, el hielo y el viento en la Antártida ha dado forma a esta peculiar estructura, creando la ilusión de una pirámide a primera vista.

Rignot explicó que la forma piramidal es el resultado de la convergencia de glaciares y que se pueden encontrar estructuras similares en varios lugares del mundo, lo que desestima cualquier idea extraordinaria.

Es importante comprender que la erosión es un proceso natural y constante que ha desempeñado un papel fundamental en la creación de esta montaña piramidal. A medida que el hielo se derrite y el viento talla la roca, la forma de la montaña evoluciona, revelando capas de historia geológica en su superficie. Este fenómeno no es único en la Antártida, de hecho, es un evento completamente natural, poderoso de la fuerza transformadora de la naturaleza en todas partes del mundo.

Por su parte, el doctor Mitch Darcy, geólogo del Centro Alemán de Investigación en Geociencias de Potsdam, también señaló que no se trata de una construcción humana, sino de un “nunatak”, un pico de roca que sobresale por encima de un glaciar o una capa de hielo. La forma piramidal no es más que una coincidencia natural. En concreto, la formación piramidal de ciertas montañas, como la mencionada, probablemente se debe a la erosión causada por ciclos de congelación y descongelación.

Durante el día, la nieve o el agua llenan grietas en la montaña, y cuando las temperaturas caen por la noche, el agua se congela y expande, ensanchando las grietas. Este proceso se repite muchas veces, creando grietas más grandes que, con el tiempo, pueden llevar a la fractura de secciones enteras de roca.

Se cree que estas mismas fuerzas naturales también han dado forma a otras montañas piramidales, como el Matterhorn en los Alpes. De momento, la montaña, de 1219 metros de altura, es única en el mundo y se encuentra en una zona que posee una gran riqueza geológica y arqueológica.

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