Por: Perla Gómez Gallardo[1]

 

Albert Camus, en el análisis que continuamos de su obra: “Moral y Política”, en esta cuarta y penúltima entrega destacamos las frases que desarrollan su concepción del humanismo y su visión de la democracia, con las siguientes expresiones:

 

“Al odio de los verdugos ha respondido el odio de las víctimas”. La relación de víctima y victimario es siempre compleja en el círculo vicioso que genera la violencia, se debe aspirar a no responder en los términos del violentador para no rebajarse y asumir conductas que, aunque se explican no son justificables.

 

Retoma Camus: “…quizás en una nación libre y apasionada de verdad, el hombre volverá a sentir ese amor por el hombre sin el cual el mundo jamás será otra cosa que una inmensa soledad.” La libertad en las sociedades institucionalizadas puede ser la generadora del amor fraterno entre las personas, para dejar de estar condenados a la soledad.

 

“Felizmente, cuando uno sólo mantiene esperanza razonable no se sienta desfallecer”. Sin ingenuidades nuestro filósofo nos detalla que la prudencia de la expectativa con base en la razón permite mantener esa esperanza sin que se vaya de por medio el pulso vital.

 

Entra a la crítica de: “La democracia no puede separase de la nación de partido, pero la noción de partido puede muy bien existir sin la democracia”. La tiranía partidista en unos de los lastres contemporáneos al persistir usando la democracia para luego aniquilarla y mantener el ejercicio del poder sin congruencia ni cumplimiento a principios mínimos para rendir cuentas a sus electores.

 

Sigue Camus: “Demócrata, en definitiva, es aquel que admite que el adversario puede tener razón, que le permite, por consiguiente, expresarse y acepta reflexionar sobre sus argumentos”. Expresión necesaria para aclarar que la democracia no es solo apabullar con la fuerza de la mayoría, la legitimidad de las decisiones se basa en no dejar de escuchar y reflexionar sobre lo que plantean las minorías.

 

La democracia que solo se asumo como la decisión de la mayoría, resulta intransigente y dictatorial al dejar fuera la posibilidad del diálogo, que se asuma que las votaciones se ganan por número, no deja de estar recubierto de la fortaleza que da el debate.

 

Camus plantea: ”La justicia absoluta es imposible, como son imposibles el odio o el amor eterno. Por ello es necesario volver a la razón”, La apuesta es el uso de la razón, como convivencia humana, se tiene una expectativa utópica por alcanzar los más grandes valores, eso no quiere decir que se logre, como resultado de la imperfección humana, de ahí la necesidad de no renunciar al intelecto.

 

“…debe preferir el esfuerzo de la razón a la política del poderío”, insiste en acudir a la razón como la apuesta segura para lograr el humanismo, el solo manifestar el imperio sobre la voluntad sin que se argumente la decisión, le resta sustancia, lo torna discrecional y le genera poca adhesión. En la próxima entrega concluiremos en la quinta selección de frases, este interesante planteamiento que como aprecia se mantiene intempestivo y con plena vigencia como referencia de análisis de la realidad actual.

 

Twitter @TPDI

Profesora Investigadora UAM Cuajimalpa. @uamcuajimalpa, @Yo_SoyUAM

[1] Profesora Investigadora Titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Catedrática de Licenciatura y Posgrado en la Facultad de Derecho UNAM.

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