Mientras prevalece una guerra de encuestas en Estados Unidos por ver quién se posiciona en la delantera entre la preferencia electoral: si el candidato republicano, Donald Trump o la demócrata, Kamala Harris, las conclusiones sobre el ganador del debate presidencial, al menos entre los europeos, sitúan a la actual vicepresidenta, como la virtual triunfadora.

En la mayoría hay consenso: Harris  asistió al debate mucho más preparada que su contraparte y aprovechó la ocasión para evidenciar que ella representa un criterio más mesurado y ecuánime,  frente a la imprevisibilidad de un Trump que siempre tiende a sobreactuar  y puede sacar de su boca, cosas como que los migrantes. se comen a las mascotas de los estadounidenses.

Aquí, en España, Televisión Española (TVE)  en su resumen cotidiano  habló de un “debate encarnizado” y resaltó a un Trump que “lanzó bulos y teorías infundadas” que no se bajó ni un segundo de su forma agresiva: “Su eterno gesto de enojo quedó eclipsado  por la cara amable de la vicepresidenta Harris y, porque ella, logró evidenciar que votar por Trump es un peligro para la estabilidad de los norteamericanos. Él se mostró irascible y ella, tranquila”.

En cuanto a los medios impresos, el periódico El País, tituló que “Kamala Harris acorrala a Donald Trump  en un debate de alta tensión” y destacó que fue un éxito la estrategia de la candidata demócrata para poner a la defensiva al expresidente, haciéndole reaccionar con excesos.

En otro medio español,  en ABC, Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal,  refirió que durante el debate fue posible identificar varios puntos calientes: el primero, en el arranque mismo del encuentro.

También en  ABC destacaron a una Harris crecida ante un Trump que está pidiendo tener otro debate con él. Una candidata que, a juicio de David Alandete, en un artículo para dicho cotidiano, ella solo tenía un solo cometido: “El de reinventarse. Dejar atrás definitivamente a la vicepresidenta impopular, a la fallida gestora de la crisis migratoria y a la candidata perdedora de las primarias demócratas de 2020”.

Por su parte, el periódico El Mundo, resaltó  que  tanto los analistas, como los espectadores, dieron  a Harris como ganadora del debate: “Ha salido  reforzada, sin haber cometido errores y logrando sacar de quicio a Trump. La vicepresidenta se impone en un fiero debate frente al expresidente, al que los moderadores corrigieron reiteradamente por los bulos”.

En un artículo firmado por Pablo Suanzes, corresponsal en Bruselas, se recoge que el mensaje de Harris fue esperanzador,  y en ningún momento, se pareció a «la izquierdista radical y marxista» caricaturizada por los republicanos.

Quien ha sido más cauto para analizar el verdadero impacto del debate entre los electores de ambos partidos y, fundamentalmente, en los electores indecisos es Josep Cuní, director de Las Mañanas, de Radio Nacional de España tras puntualizar que, Estados Unidos es un país conservador y por ello es mejor ser precavidos, a la hora de analizar lo sucedido.

Sobre todo porque, el periodista insistió, hay una corriente de intelectuales europeos que convergen con la visión  del Partido Demócrata en Estados Unidos y eso ha impedido que “durante mucho tiempo Europa entienda lo que verdaderamente siente y piensa el ciudadano norteamericano”. Cuní, además remarcó, que la izquierda en Europa no tiene nada que ver con lo pueda llamarse izquierda en la Unión Americana. “Estados Unidos es un país conservador en sus hábitos, en sus costumbres y hay que decirlo, en Europa, desconocemos sus realidades locales”.

Un comentario en el mismo sentido y menos eufórico que el resto, fue el de Rocío Colomer, en una nota publicada en La Razón, recordó a los lectores que si las elecciones se celebraran hoy, Harris ganaría por poco en el voto popular, pero perdería el Colegio Electoral, lo que significaría la victoria de Trump.

A COLACIÓN

En Alemania, Michael Roth, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Partido Socialdemócrata en el Bundestag, afirmó que Harris había logrado hacer que Trump pareciera «como una persona envejecida, vieja, enojada y confundida», a pesar de haber estado en el gobierno durante gran parte de los últimos cuatro años. «Harris ha desmantelado a Trump en el escenario abierto y se ha posicionado como una candidata del cambio. Ella provocó deliberadamente a Trump, y él cayó en la trampa”.

Otro punto que no pasó desapercibido del debate y que está flotando en el aire aquí en Europa, tiene que ver con la negativa de Trump a decir si quería que Ucrania derrotase al dictador ruso,  Vladimir Putin. El candidato republicano señaló que  solo quería que se detuviera la guerra y que se salvasen vidas.

En tanto, en el francés, Le Monde, Piotr Smolar, escribió que una Harris a la ofensiva ganó el debate a Trump, en un primer cara a cara, con visiones muy distintas sobre la economía, el aborto, la inmigración y las armas.

En Italia, Corriere della Sera, criticó la mediocre actuación de Trump y su obsesión con los extranjeros ilegales y la confabulación de que cazan perros y gatos para alimentarse.

Sin embargo, el analista italiano, Federico Rampini, en un vídeo en dicho medio de comunicación, señaló que el debate había sido pésimo y que los estadounidenses siguen sin enterarse de los planes de gobierno, de ambos candidatos.

Por último, el alemán Süddeutsche Zeitung,  publicó la noticia del debate señalando que se trató de un gran golpe al ego de Trump y destacó,  el bulo bochornoso, de que los inmigrantes se comen a las mascotas de los norteamericano y calificó a Trump como “máquina de mentiras”.

@claudialunapale

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