Por: Perla Gómez Gallardo [1]
Con el inicio de diversos gobiernos y legislaturas, se presenta la oportunidad de atender las necesidades cotidianas que pueden generar conflicto. En la mayoría de los casos la prevención es lo que garantiza de mejor manera que los fenómenos se atiendan antes de que se conviertan en problemas. Será ese el objetivo de la columna que hoy inicia con el nombre de “breves reflexiones”, en donde daremos cuenta de un mosaico de aspectos que derivaran en propuestas de pequeñas acciones para la incidencia social.
El tema del abandono y maltrato animal obliga a la tutela efectiva de los considerados sintientes (que se ha mal llamado “derechos de los animales” que obviamente no lo tienen al carecer de la posibilidad de hacerlos valer). El erradicar la crueldad no sólo es un asunto del cuidado de los animales, es un cambio de actitud que permea en la naturaleza violenta de las sociedades. En lo individual, el perfil de las personas antisociales que cometen delitos horrorosos pasa por la experiencia de haber sacrificado animales de una manera atroz.
La esencia de la dignidad de las personas es justo su humanidad, esa parte que identifica la nobleza de espíritu con los más altos valores como el respeto, la solidaridad, la empatía y en el caso de la actitud hacia los animales, la compasión y el cuidado. Si desde las edades tempranas se enseña la consideración hacia los sintientes y el entorno, nos lleva a la configuración de la personalidad con estándares de humanismo como base social, esa es la apuesta segura para la cultura de paz.
Los Municipios (y en el caso de las Ciudad de México las Alcaldías), son el equivalente a las familias como célula de la sociedad; es en esta forma de organización social en donde se presenta la oportunidad de tener el contacto inmediato con las personas que los conforman. No es menor la atención que les toca en los temas del agua, mercados, panteones y recolección de residuos sólidos, para darnos cuenta del impacto inmediato que tiene el llamado Municipio Libre como la célula del Estado.
Lo anterior, porque es desde las pequeñas (y constantes) acciones de estas entidades en donde se puede hacer la incidencia para, en este caso, erradicar el abandono de mascotas. Una posibilidad estratégica es hacer una campaña de difusión que se enfoque en la dignificación del trato hacia los animales, más que en un sentido punitivo, en el de la empatía con la nobleza que tienen los perros y gatos.
En todos los parques o centros de convivencia social de los Municipios y Alcaldías de pueden dar entrenamientos para perros, es muy común que al ser cachorros sean divertidos en sus “travesuras” y cuando crecen al seguir haciendo esos actos que no se corrigieron se convierten en una molestia y se dé el abandono. De ahí que primero la campaña sea enfocada a sensibilizar a las personas del hecho de que se compre (aunque se debe fomentar más la adopción), se trata de un sintiente y no de un juguete desechable. Además, el entrenamiento oportuno permitirá que el sintiente conozca los límites en la convivencia que tenga con sus cuidadores lo que en un fututo evitará su abandono.
Entre las propuestas de reformas que presentó el 5 de febrero el Presidente de la República, está la que se refiere al maltrato animal, se perfila a una aprobación unánime, será entonces relevante el bajar desde el mandato constitucional a la cotidianidad, las acciones que permeen en generar una mejor sociedad para las mascotas que son parte integrante de las familias y de la sociedad. En cuanto se apruebe, haremos una breve reflexión para conocer sus alcances.
Twitter @TPDI
Profesora Investigadora UAM Cuajimalpa. @uamcuajimalpa, @Yo_SoyUAM
[1] Profesora Investigadora Titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Catedrática de Licenciatura y Posgrado en la Facultad de Derecho UNAM.