Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
De acuerdo con Radio y Televisión Española (RTVE) y sus sondeos realizados, la ventaja de la vicepresidenta Kamala Harris se ha acortado en las encuestas en los últimos días. Según el promedio de datos de RTVE, la demócrata aventaja en dos puntos al expresidente Trump.
“Algunos estados se han ido decantando en las últimas fechas, como Florida para los republicanos y Oregón y Nueva Jersey para los demócratas. Con todo, la distancia actual de 20 votos a favor de los republicanos está muy sujeta a oscilaciones y todavía se mantienen en vilo siete estados que reparten en total 66 votos en el Colegio Electoral y jugarán un papel decisivo”, según RTVE.
Kamala Harris y su compañero a vicepresidente, Tim Walz, ganarían las elecciones con el 49.5% de los votos, cuatro más que al cierre de septiembre pasado cuando se hicieron sondeos de opinión. Con el 47.5% de los sufragios, Donald Trump y el senador J.D. Vance elevan medio punto su intención de voto respecto a las encuestas de la última semana y mejorarían en seis décimas el resultado de los republicanos de hace cuatro años.
Por el momento, las proyecciones de FiveThirtyEight dan más estados seguros para los republicanos que para los demócratas, pero Kamala Harris tendría amarrados más votos que Donald Trump.
Las últimas encuestas dan por seguros 173 votos para la demócrata y solo 122 para el republicano, pero este podría incrementar en 97 sus votos, 70 de los cuales procederían de Texas y Florida, el segundo y tercer estado que más delegados reparten, mientras que Harris podría contar con otros 53 probables.
El partido de la vicepresidenta sigue siendo opción preferida en estados muy poblados, como California o Nueva York, que reparten más votos. Las probabilidades de ganar también son más altas para los demócratas en Oregón, Colorado, Nuevo México, Virginia o Minnesota. Las encuestas más recientes apuntan a una ligera ventaja para Trump en Arizona y Georgia, dos de los estados decisivos, que reparten 27 votos entre las dos, pero es demasiado pronto para dar por garantizada esa tendencia.
A COLACIÓN
Para convertirse en presidente, ya sean Harris o Trump, deben ganar la mayoría de los votos electorales: el número a alcanzar es de 270 y para ello hay siete estados en juego como son Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Nevada, Arizona, Georgia y Carolina del Norte.
Aquí, en Europa, la percepción es que todo puede suceder, como si fuera una tómbola, en la que salga azul o rojo y en esa medida quedarán redefinidas las inmediatas relaciones con la Casa Blanca. A Trump ya se le conoce en el poder.
Estas elecciones presidenciales tendrán consecuencias de gran alcance para la propia política exterior de la UE. Su resultado afectará el curso de la guerra de Rusia contra Ucrania; el conflicto en Oriente Medio; las tensiones en el Indo-Pacífico y la fortaleza de los lazos transatlánticos. Bruselas debe estar preparada para lo que esté por venir.
¿Cómo una presidencia de Trump o Harris afectaría los puntos críticos en todo el mundo? De acuerdo con el Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (IESSUE) el viejo continente debe prepararse para una sorpresa más desagradable que agradable.
Por lo pronto, no descarta un escenario postelectoral complicado en el que inclusive se pueda repetir otro intento de asalto al Capitolio en caso de que Trump no salga elegido o bien que él no reconozca su derrota.
También Europa tiene puesta su mirada en cómo va impactarle que, por ejemplo, vuelva a Trump a la Casa Blanca y el mayor temor tiene que ver con las relaciones de Estados Unidos hacia la OTAN.
Otro punto inmediatamente más sensible es Ucrania y la resistencia que libra contra la invasión rusa en más de dos años y medio de lucha intestina. Trump está haciendo campaña con la promesa de poner fin al conflicto, casi veinticuatro horas después de que se confirme que ha salido electo.
El segundo punto que para los europeos también es bastante relevante tiene que ver con el derrotero de la guerra en Medio Oriente. Trump que siempre se ha mostrado bastante cercano a Israel y sobre todo al primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha señalado abiertamente que respaldará la política de defensa que lleve a cabo Netanyahu y no en pocas veces ha señalado que los palestinos son terroristas a los que hay que acabar.
En este triángulo también figura la tensión reciente con Irán: Trump es más favorable a un ataque directo contra Irán en aras de provocar la caída del régimen de los Ayatolá. Sin lugar a dudas, buena parte del futuro de Europa en los próximos cuatro años, estará ligado con cuanto suceda después del 5 de noviembre en la Unión Americana.