Si en la columna de la semana pasada señalaba que, en términos conceptuales, el crecimiento en la producción es inherente a las economías de mercado y que, en su ausencia, son las familias quienes lo acaban resintiendo. En esta semana, dados los datos sobre el crecimiento económico y el entorno en el que terminó la administración del expresidente López Obrador y comenzó el de la presidencia Sheinbaum, regresamos al tema del crecimiento de la economía mexicana, dado que el país corre el riesgo de haber desperdiciado su “bono generacional”* sin haber logrado ni las inversiones ni la fortaleza económica necesarias para que el país siga siendo competitivo, cuando ya no cuente con el impulso de la juventud de su población y, a nivel personal, sin contar con las condiciones para que, quienes actualmente son jóvenes, tengan una vejes con las condiciones más dignas posibles. Dado lo anterior, y antes de que nos volvamos viejitas y viejitos sin haber hecho algo por la economía mexicana y el futuro de toda la gente con la que hoy convivimos, los #CincoPuntos de esta semana se mete, directito y sin escalas, a explicar cómo puede pintar el crecimiento económico en México.
- ¿Cuánto crecer? La población de México ha crecido a un ritmo promedio anual de 0.87% durante el periodo 1990-2023, por lo que se podría suponer que con el crecimiento del 2% anual que históricamente ha tenido México, sería suficiente para quedar “tablas”. Desafortunadamente, lograr mejores condiciones de vida para las familias mexicanas, es bastante más complejo, pues se tienen que considerar las inversiones necesarias para reducir las históricas brechas de desigualdad, impulsar la competitividad actual de la economía y, sobre todo, sentar las bases de la calidad de vida de la siguiente generación. Actualmente, poco más de la mitad de la población de México está en edad de trabajar, pero nuestro bono demográfico no es eterno y, de no crecer más (4% anual podría ser una mesa deseable) e invertir pensando en el futuro, cuando la generación actual envejezca, la economía resentirá la falta del impulso que hoy le da su la juventud y, de no haber invertido en fuentes de riqueza que compense al impulso que hoy la juventud le da a la economía, entonces será aún más difícil que México le aguante el ritmo a las economías más dinámicas y, en ese escenario, la gente trabajadora de hoy difícilmente contará una vejez en condiciones más dignas el día de mañana.
- Crecimiento económico en México 1: el PIB. De acuerdo con la Estimación Oportuna del PIB realizada por el INEGI, la economía mexicana creció 1.3% en todo 2024 y el dato no es algo menor. Por principio de cuentas, es el peor desempeño de la economía desde 2020, cuando se contrajo -8.55% en el contexto de la pandemia por COVID-19 y la crisis económica que generó . El pobre crecimiento de 1.3% registrado en 2024 estuvo por debajo tanto del 1.8% esperado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 1.7% estimado por el Banco Mundial (BM) y del proyectado, así como del crecimiento del 3.3% registrado el año anterior.
- Crecimiento económico en México: los 3 sectores. En cuanto a su composición, respecto al 2023 el sector primario (agropecuario) se redujo en -2.5%, mientras que el secundario (industria) se estancó con un crecimiento de apenas 0.3% y con un sector terciario que lo hizo en 2.3%. Desde una perspectiva coyuntural, la economía al IV trimestre de 2024 creció 0.6% respecto al III trimestre de ese mismo año, pero con caídas del -4.6% en el sector agropecuario y del -1.7% en la industria, con los servicios creciendo un tímido 2.1%
- ¿Poooooooooooor?. La falta de crecimiento económico siempre es una píldora difícil de tragar, pero hay 4 razones por las cuales el crecimiento de la economía en 2024 es especialmente doloroso:
- Fue un año electoral. En los años en los que hay elecciones, normalmente los gobiernos en funciones gastan más y hacen todo lo posible para que la economía crezca, queden bien con las y los electores y sea más probable que sus correligionarios resulten electos. En caso del el 2024 mexicano, hubo elecciones, se gastó muchos y ganó la candidata oficialista, pero el crecimiento de la economía brilló por su ausencia.
- El Gobierno Federal incurrió en el mayor déficit desde 2008. Dado lo expuesto en el punto anterior, en los años electorales es común que los gobiernos se atrevan a romper la disciplina e incurran en déficit fiscales para tener recursos extraordinarios, gastar más, con lo que se impulsa un crecimiento económico de corto plazo, y así apuntalar el proceso electoral. Desafortunadamente, en el caso de México en 2024 el gobierno encabezado por el expresidente López Obrador no sólo gastó más, sino que, con 1 billón 940,300 millones de pesos equivalentes al 5.9% del PIB, incurrió en el mayor déficit fiscal del país en 20 años … ¡y aun así el crecimiento económico brilló todavía más por su ausencia!
- Se suponía que estábamos aprovechando el nearshoring. Como si los dos puntos anteriores no fueran suficientes, hay que recordar que, supuestamente, en 2024 México estuvo en la cresta de la ola del impulso que el nearshoring le dio al crecimiento económico… ¡y naranjas! Nada de nada, A lo mejor habrá que acuñar el término “efecto Tesla-Nuevo León” para explicar que los anuncios de las inversiones no tienen ningún efecto en la economía, si dichas inversiones se quedan en el anuncio y nunca se realizan.
- Donald Trump aún no era el presidente de los EE. UU. ¿Tengo que explicar este punto? Tanto por las amenazas de aranceles, la incertidumbre para las inversiones productivas que genera, el gusto que le da acalambrar la relación bilateral con lo de intervenir militarmente al país o la tensión internacional en la que tiene metida al mundo, entre otros, el presidente Trump posiblemente sea el principal reto, no sólo económico sino como país, que hayamos enfrentado en el Siglo XXI.
¿Y el 2025? Dicen que mal comienza la semana para los que ahorcan en lunes. El pasado miércoles 19 de febrero -es decir, apenas arrancando el año- el Banco de México redujo sus perspectivas de crecimiento, para 2025, del 1.2% originalmente contemplado a sólo 0.6%. En caso de que Trump efectivamente imponga sus tarifas, dicha expectativa se tendrá que ajustar, nuevamente, a la baja. Ahí les encargo.






























