Si Jesucristo hubiera tenido un podcast, habría ahorrado largos recorridos por el desierto y sermones multitudinarios.

Con un buen micrófono y una plataforma de streaming, hubiera redimido los pecados de la humanidad con un episodio semanal llamado «El Reino de los Cielos On Demand» para que, en lugar de multiplicar pan y peces, tuviera ampliación en sus vistas, más seguidores, mayores reproducciones y millones de suscriptores.

Con episodios semanales titulados «Bienaventurados los que dan like» o «El Sermón del Monte: edición remasterizada», habría llevado la palabra de Dios a cada rincón del mundo sin necesidad de parábolas confusas ni apóstoles distraídos.

Y claro, con un buen algoritmo estaría redimido los pecados humanos en tiempo récord, pues con la opción de «confesión por mensaje de voz», hasta Judas hubiera tenido una segunda oportunidad. Incluso tener un tema musical para ser reproducido en su propia plataforma: “Evangelify”.

Porque hoy 2 mil años después, la industria musical ha experimentado transformaciones significativas y Spotify se ha posicionado en el centro de esta evolución más allá de ser una plataforma de streaming, pues ha incorporado funciones que la acercan más al modelo de una red social, facilitando una interacción estrecha entre artistas y seguidores. Herramientas como el «Mix de amigos» o “Jam” permiten a los usuarios compartir y fusionar gustos musicales, creando listas de reproducción colaborativas.

Además la introducción de videos musicales en la plataforma está ampliando las opciones de contenido, permitiendo a los artistas ofrecer experiencias más completas y atractivas para su audiencia.

Paralelamente, el podcasting ha resurgido con gran fuerza, consolidándose como un medio de comunicación clave. En 2025, la audiencia mundial de podcasts alcanzará los 584.1 millones de oyentes, evidenciando un crecimiento constante en su popularidad.

El incremento se debe en parte a la diversificación de formatos, destacando la creciente preferencia por los podcasts en vídeo con plataformas como YouTube que han capitalizado esta tendencia, convirtiéndose en líderes en la distribución de podcasts visuales, sin embargo, Spotify no se ha quedado atrás, incorporando videos musicales y ofreciendo nuevas oportunidades de ingresos para los creadores de contenido.

La preferencia por el formato de los podcasts varía según la generación. Por ejemplo, el 43% de los millennials y el 42% de la Generación Z prefieren los podcasts en video sobre los de solo audio. En contraste, el 31% de la Generación X muestra una inclinación hacia los podcasts de audio

Indudable es que existe una tendencia creciente hacia el consumo de contenido visual, especialmente entre los públicos más jóvenes.

Si figuras históricas como Aristóteles, Epicteto, Jean-Paul Sartre, Spinoza, Hegel e incluso Jesucristo hubieran tenido acceso a la tecnología del podcast, quizás habrían transformado el pensamiento humano de manera aún más profunda.

Como diría Hemingway, «Escribir es fácil. Simplemente siéntate frente a una máquina de escribir y sangra».

Tal vez, de haber tenido un micrófono a mano, estos grandes pensadores habrían encontrado una nueva forma de derramar su sabiduría al mundo.

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