Al informar que sí funcionan las dos barcazas ubicadas en el lago de Valsequillo, la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Rebeca Bañuelos Guadarrama comunicó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) determinará si seguirán o tendrán otro destino.
En entrevista mencionó que ambos equipos actualmente se encuentran operando y sí están inyectando oxígeno y ozono.
Relató que la BUAP hizo un estudio, pero se informará si siguen o se hace algún cambio de acuerdo a Conagua.
«Se hizo un recorrido con el gobernador Alejandro Armenta y estamos esperando a que venga gerencia de la Conagua, que van a hacer el estudio de Valsequillo, tenemos un estudio de la BUAP que indica que se está inyectando ozono y Oxigeno».
Mencionó que el siguiente paso es conocer si es suficiente el volumen y si es un método que ayuda para sanear el agua.
«Se inyecta oxigeno; ahora necesitamos saber si ese volumen es suficiente y si es un método de ayuda. Sí están trabajando los barcos, y sí hay una disminución de los olores y que funciona, lo que queremos saber si sí funcionan; en términos general si es que es una buena tecnología o se puede reemplazar o cómo pueden adaptarla».
Agregó que no se cuenta con una fecha definitiva para conocer los resultados del estudio porque es Conagua quien entregará el diagnóstico.
Las barcazas de Valsequillo en Puebla fueron adquiridas en 2017 durante la administración del exgobernador Antonio Gali Fayad, con el propósito de sanear la presa Manuel Ávila Camacho, conocida como presa de Valsequillo.
Estas barcazas, que costaron más de 209 millones de pesos, estaban equipadas con tecnología de hiperoxidación y oxigenación del agua, prometiendo reducir hasta un 80% los contaminantes en el embalse, el cuerpo de agua más grande del estado de Puebla. Sin embargo, su efectividad ha sido objeto de controversia.
En 2022, el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta calificó a las barcazas como «inútiles» para resolver el problema complejo de contaminación de la presa, argumentando que solo servían para retirar lirio acuático y que su operación y mantenimiento representaban un alto costo para el estado.
Barbosa propuso venderlas y sugirió que podrían ser reubicadas a otras zonas contaminadas de Puebla donde fueran más útiles. A pesar de esto, las barcazas han seguido en uso, y en 2024 se reportó que continuaban tratando cinco zonas específicas de la presa.
La presa de Valsequillo, ubicada al sur de la ciudad de Puebla, enfrenta problemas graves de contaminación por microplásticos, metales pesados y lirio acuático, además de haber sido utilizada como sitio de disposición de cuerpos, lo que ha agravado su deterioro ambiental y social. Las barcazas, por lo tanto, son solo una parte de un desafío mayor para restaurar este ecosistema clave.