Íntimo y discreto, adjetivos que acompañan a una de las figuras más populares de la arquitectura mexicana, mismas que se ahondan en el libro recientemente publicado “Luis Barragán. Del tiempo pasado. Remembranzas”, donde se recopilan algunas memorias de la estrecha relación con Adriana Williams, uno de los más cercanos afectos del jalisciense.

A iniciativa de César Cervantes, residente de la casa Prieto López, ahora Casa Pedregal (primera obra proyectada por el arquitecto en el rocoso escenario de Jardines del Pedregal), el libro expone algunas de las narrativas y vivencias de la nieta del expresidente Plutarco Elías Calles con el arquitecto ganador del Premio Pritzker.

Sin embargo, su tiraje, su hechura y su presentación son tan exclusivas y reservadas como la vida de quien ahora se develan facetas personales e íntimas. El pasado 9 de marzo se cumplieron 123 años del nacimiento de este personaje, como también son 123 los ejemplares de este revelador texto. A Cervantes la curiosidad por Barragán lo llevó a contactarse con Williams, quien accedió a compartir el cariño y admiración por quien en dos ocasiones figuró ser su prometido. Si bien se menciona que el objetivo de hacer estos ejemplares tan reservados corresponde a la misma forma del arquitecto, lo cierto es que esto abona al misterio y desconocimiento que hay detrás de este personaje.

El enigmático mundo de Barragán crece aún después de casi 37 años de fallecido. Los mitos y rumores que se cuentan son cada vez más por el controversial manejo de su legado; con 525 gramos de ceniza del arquitecto tapatío la artista Jill Magid creó un diamante de dos quilates. Aún y con su archivo personal en el país, la información en torno a este personaje sigue siendo escasa, por el contrario, su archivo profesional, se resguarda en Suiza, lo que mantiene opiniones divididas sobre su conveniencia.

Lana de Nueva Zelanda, teñidos oaxaqueños y papel reciclado de un molino del siglo XVIII conforman este tiraje, una mezcolanza de colores y materiales que reflejan los intereses más arraigados de este arquitecto. La multidisciplinariedad que envolvió a Barragán conforma la esencia de su famosa arquitectura emocional.

La cercanía con el pintor Jesús “Chucho” Reyes, su admiración por Francisco Toledo, y más personajes apegados a él se exponen en unos cuantos ejemplares cuyos afortunados propietarios, probablemente, ya tenían nombre y apellido incluso antes de su impresión. Con la garantía de su fama y admiración, siguen surgiendo textos e investigaciones que exponen (aunque sea solo a unos cuantos) datos de este gran referente arquitectónico; el críptico bagaje de Barragán es tan complejo e íntimo como el de sus obras y jardines no pocas veces aplaudidos.

Bajo una profunda investigación surge este codiciado libro, una evidencia más de la vida de quien es posiblemente el arquitecto más emblemático de nuestro país; tan citado como rumoreado, tan admirado como desconocido.

Con gusto atenderé sus comentarios al correo: jp.arquitextos@hotmial.com

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