Este Jueves Santo, la vida espiritual de Puebla se vivió intensamente en la Catedral, donde el gobernador Alejandro Armenta Mier y su esposa, Ceci Arellano, asistieron a la misa del lavatorio de pies, presidida por el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa.
La ceremonia, cargada de simbolismo, congregó a decenas de fieles que acudieron para conmemorar el gesto de humildad que, según la tradición cristiana, realizó Jesús al lavar los pies de sus discípulos. “Saludo con mucho respeto al señor gobernador y a su esposa”, expresó el arzobispo, reconociendo su presencia, así como la de algunos funcionarios estatales.
Como cada año, el rito fue dirigido a doce ancianos del Asilo Particular de Caridad Santa Inés, en un acto que evocó el servicio y la humildad como ejes fundamentales de esta celebración. Desde el mediodía, el centro histórico se llenó de visitantes, turistas y familias que aprovecharon la jornada para acercarse al templo y participar en las actividades religiosas.
Durante su llegada, algunos turistas se acercaron al gobernador para felicitarlo. “Felicidades, señor gobernador, porque Puebla es una ciudad limpia”, le dijo un visitante. Otro, proveniente de Guadalajara, añadió: “Es un honor tener esta ciudad como ejemplo”.
Armenta agradeció los comentarios y continuó su recorrido hacia el interior del recinto. La jornada se desarrolló en un ambiente de calma y devoción.