Con la elección del Poder Judicial, México entra de lleno a un proceso de transformación institucional, abandonando a las democracias liberales (entre otras características, se distinguen por acotar al poder dividiéndolo en tres cuerpos independientes que se vigilan y contienen mutuamente) para buscar consolidar un modelo alternativo, en el que el conjunto de la vida política nacional (incluidos los 3 poderes) se circunscribe al espectro ideológico y del liderazgo del régimen, mismo que, liberado de contrapesos y obligaciones de transparencia o rendición de cuentas, puede -o no- tolerar la existencia legal de alternativas políticas de momento minoritarias. Dada la trascendencia de este cambio, van 4 reflexiones sobre igual número de perspectivas a considerar:
- Política. Un éxito del régimen. No sólo se sacude juzgadoras y juzgadores “contestones”, sino que los defenestra; y ahora contará con un Poder Judicial ideológica y políticamente lopezobradorista. Hasta permitió que gobernadores entendedores, como los de Coahuila y Puebla, facilitaran una participación ciudadana superior a la nacional, incrementando así sus “puntitos” con la Presidenta.
- Democrática. Si la legitimidad del Poder Judicial estará en función del voto ciudadano, falló la operación política-electoral. Con los votos de apenas 1 de cada 10 personas con credencial del INE, no será creíble la potencial narrativa oficialista de que tal o cual sentencia o resolución judicial cuenta con el respaldando mayoritario de la ciudadanía.
- Costo-Beneficio. Si las personas juzgadoras son electas por el 13% de los potenciales votantes, es un método carísimo para hacerlo. Con un costo promedio por voto emitido de $583.00, elegir al Poder Judicial nos sale 3 y 4 veces más caro que elegir Presidencia que en 2012 costó $135.90; en 2018, en $164.40; y en 2024, $206.75[1].
- Impacto. Dado que ningún país elige personas juzgadoras como lo hicimos en México, y tampoco hubo chance de discutirlo nacionalmente, el país acaba de dar un “salto de fe” que puede o no funcionar. Este es el tipo de incertidumbres que aleja las inversiones.
Desde la ciudadanía, tendremos que juzgar a las y los nuevos juzgadore. Si con su llegada la justicia en México no reduce la impunidad, desincentiva la criminalidad y hace que estemos más seguras y seguros, como generación nos habremos equivocado eligiendo.
[1] https://politica.expansion.mx/elecciones/2024/06/11/costo-de-cada-voto-en-la-eleccion-fue-mayor-a-los-206-pesos