Por Judith Santiago Tirado, Coordinadora Licenciatura en Economía.

El pasado 25 de agosto de 2025 el Banco de México cumplió cien años de su fundación. En el marco de la conmemoración del aniversario 100 de nuestro Banco Central, la Presidenta Claudia Sheinbaum mencionó que dicha institución debería tener un mayor papel en el desarrollo económico, desatándose una polémica respecto el mandato dual versus único del Banco Central. Poco después la Presidenta aclaró que su gobierno no estaba buscando un mandato dual. Sin embargo, el tema se puso en la mesa y sigue generando comentarios.

¿Qué es un mandato único del Banco Central? ¿Qué es un mandato dual?

El Banco de México es autónomo desde abril de 1994, con la reforma constitucional que le otorgó esta facultad y estableció como su mandato prioritario mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, es decir, mantener controlada la inflación. Eso es tener un mandato único o prioritario, en el cual coinciden la mayoría de los bancos centrales del mundo. Además de México, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra tienen mandato único, solo por mencionar algunos ejemplos.

También existe lo que se conoce como mandato dual de un banco central: mantener la estabilidad de precios y buscar el pleno empleo. Muy pocos bancos centrales tienen mandato dual, por ejemplo, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.

Lo que sí sucede es que muchos bancos centrales mantienen como mandato prioritario el control de la inflación, pero flexibles para considerar el empleo o estabilidad financiera como objetivos secundarios.

El debate es amplio entre los expertos, hay posiciones a favor de uno u otro. En lo que coinciden aquellas posturas a favor del mandato único, es que mantener como prioritaria la estabilidad de precios alrededor de cierta tasa de inflación objetivo, refuerza la credibilidad y ancla las expectativas de los agentes económicos en un mediano y largo plazo. Señalan también que lo verdaderamente importante es la autonomía del Banco Central, brindando mayor claridad mientras se protege la política monetaria manteniendo su independencia de las presiones políticas del gobierno en turno.

Por su parte, los expertos partidarios del mandato dual establecen que la política monetaria debe responder tanto al objetivo de inflación como al de pleno empleo, y que comunicar las respectivas metas permite gestionar ambos objetivos sin perder credibilidad.

Lo cierto es que hay dos hechos contundentes:

  1. Una de las herramientas más utilizadas hoy en día por la política monetaria, es la tasa de interés. Si los precios están subiendo, sin importar si la inflación es generada por empuje de oferta o de demanda, el Banco Central subirá la tasa de interés de referencia para encarecer el crédito y limitar la inversión y el consumo, poniendo un freno a la demanda agregada y reducir la expansión de los precios. Pero, si los precios se mantienen controlados, la tasa de interés objetivo se puede relajar y bajar, permitiendo el crédito barato para estimular la inversión y reactivar el consumo interno. De esta manera, aún habiendo un mandato único centrado en la estabilidad de precios, el manejo de las tasas de interés conlleva a una política de estímulo al crecimiento de la demanda agregada cuando los precios ceden y tiende a caer el crecimiento del PIB y por lo tanto aumentar el desempleo. Una cosa lleva de manera natural a la otra. La estabilidad de precios suele llevar al crecimiento del PIB y del empleo.
  2. Las metas de inflación baja y bajo desempleo asociado a una tasa de crecimiento del PIB alta, son contradictorias. Las altas tasas de crecimiento del PIB suelen estar acompañadas de incrementos de la inflación, sobre todo si provienen de política monetaria expansiva. Así que será muy complicado mantener juntas ambas metas ¿Cuál de ellas es prioritaria? Incluso, una mala comprensión del papel que juegan las reservas internacionales, podría llevar a un gobierno a la tentación de pedir al Banco Central su utilización con fines de estímulo al crecimiento.

 

No debemos perder de vista que la política económica tiene como objetivo fundamental mantener el crecimiento económico sostenido para garantizar el desarrollo económico y mejorar el bienestar y calidad de vida de la población en el largo plazo. En el caso de México, la política monetaria está a cargo del Banco de México con autonomía técnica y operativa, mientras que la política fiscal está a cargo del Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, obedeciendo a los objetivos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo. El Ejecutivo y el Banco Central deben mantener un diálogo respetuoso para conducir la política económica de manera eficiente y alcanzar los objetivos planteados.

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