El Gobierno de Puebla, en colaboración con Francia, presentó el libro EKOLOKID: Primeras experiencias comunitarias para niñas y niños, una guía educativa y recreativa que busca acercar a la niñez y juventudes al turismo comunitario y a la biodiversidad del país.
La obra, escrita por la autora francesa Laetitia Lefaure, fue dada a conocer por la secretaria de Desarrollo Turístico, Carla López-Malo Villalón, junto al cónsul general de Francia en México, Vincent Perrin.

La funcionaria destacó que el proyecto es una de las iniciativas más relevantes de la dependencia, ya que permite a las familias aprender sobre naturaleza y cultura a través de experiencias reales en comunidades de Puebla.
“Con esta guía, niñas y niños podrán aprender mientras descubren las riquezas naturales y culturales que tenemos en Puebla. Estará disponible en los Centros de Seguridad y Atención al Turista (CESAT) y en los módulos de información para que visitantes y familias puedan conocerla”, señaló.
Por su parte, el cónsul Vincent Perrin agradeció el respaldo del gobierno poblano y resaltó la importancia de fortalecer la cooperación entre Francia y México mediante proyectos educativos sin fines de lucro.
Recordó que actualmente más de mil franceses radican en Puebla y que este tipo de acciones fortalecen los lazos culturales y ambientales.
Por su parte, la autora Laetitia Lefaure explicó que EKOLOKID es una herramienta pedagógica construida en colaboración con centros ecoturísticos de diferentes regiones del país.
El objetivo, dijo, es fomentar un turismo más responsable, participativo y respetuoso del medio ambiente.
La directora de Turismo Comunitario, Marlet Pérez, detalló que Puebla participa con nueve experiencias comunitarias incluidas en la guía, como recorridos en la Reserva Ecológica Villas Cuetzalan.
Asimismo talleres de herbolaria tradicional en Taselotzin, agricultura ecológica y cuidado de abejas nativas en Tosepan Kali y actividades de conservación en Africam Safari.
También dinámicas educativas en el Santuario del Ajolote, así como visitas al Jardín Etnobotánico Francisco Peláez Roldán y al Jardín Botánico Helia Bravo Hollis, un refugio de cactus únicos en el mundo.




























