Este 16 de octubre se cumple un año de una de las noticias más trágicas para la industria musical: la muerte de Liam Payne, el adorado cantante de One Direction, en el hotel CasaSur Palermo de Buenos Aires. La prometedora carrera solista del artista británico, de 31 años, se apagó de la manera más abrupta y dramática tras una caída desde el balcón de su habitación.

Hoy, la misma pregunta que surgió entonces resuena con fuerza: ¿qué sucedió realmente en esa habitación del tercer piso? Contra todo pronóstico, el camino hacia la justicia ha tomado un rumbo más estrecho del que se esperaba.

Inicialmente, cinco personas fueron procesadas. Sin embargo, el juicio que esperan sus familiares y seguidores sentará en el banquillo solo a dos de los cinco acusados originalesBraian Nahuel Piaz y Ezequiel Pereyra, de 22 y 25 años respectivamente. Esta decisión judicial va en contra de lo solicitado por la Fiscalía argentina, que buscaba un proceso más amplio.

Las crónicas policiales señalan que todo comenzó con un par de llamadas a emergencias la tarde del fatídico día. El informe de la autopsia confirmó que la causa de la muerte fue un «politraumatismo y hemorragia» causado por la caída. El análisis toxicológico reveló la presencia de alcohol, cocaína y antidepresivos en su sistema, consumidos en las 72 horas previas.

Payne se encontraba en Argentina de manera temporal, esperando un visado para regresar a Estados Unidos, y había elegido Buenos Aires para asistir al concierto de su excompañero de One Direction, Niall Horan. Aunque públicamente se mostraba galante y amable, en privado luchaba contra sus problemas de adicción, una batalla que, según sus cercanos, estaba ganando día a día.

Los únicos dos que enfrentarán juicio son Piaz, quien conoció a Payne en un restaurante de Puerto Madero donde trabajaba como camarero, y Pereyra, empleado del hotel que habría actuado como intermediario. Ambos están acusados de venta de drogas y se encuentran en prisión preventiva desde noviembre.

Piaz admitió haber facilitado estupefacientes al cantante, aunque alega que fue «de manera gratuita» —un delito con penas menores— con el fin de «pasar tiempo a solas con él», un encuentro que duró cuatro horas y quedó registrado en las cámaras del hotel.

Quedaron fuera del proceso judicial la entonces gerente del hotel, Gilda Martín, el recepcionista Esteban Grassi y un amigo del músico, Roger Nores, quienes inicialmente enfrentaban cargos de homicidio involuntario.

Liam Payne fue sepultado en noviembre en un funeral íntimo en su natal Reino Unido, al que asistieron sus excompañeros de One Direction, su novia, la influencer Kate Cassidy, y su expareja Cheryl Cole, madre de su hijo Bear, de 7 años.

Cassidy, a través de sus redes sociales, ha confesado que este aniversario será un día complicado, que pasará en casa de forma tranquila, recordando al cantante que siempre la animaba a seguir adelante.

A un año de su partida, el legado de Liam Payne permanece vivo a través de sus temas como solista —»Strip That Down», «Polaroid»— y, sobre todo, en la inmensa colección de éxitos que creó junto a Zayn, Louis, Niall y Harry en One Direction, una banda que definió una era y a la que millones de fans alrededor del mundo aún añoran.

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