El director Guillermo del Toro ha lanzado un manifiesto en defensa del arte humano frente al avance de la Inteligencia Artificial, en lo que calificó como «una batalla por el alma de la creatividad». Sus declaraciones, realizadas durante la presentación de su esperada adaptación de «Frankenstein», han resonado con fuerza en la industria cinematográfica.

Del Toro fue más allá de los argumentos técnicos al conectar el uso indiscriminado de IA con un fenómeno político preocupante: «Cuando permitimos que nos roben el arte y la emoción, estamos pavimentando el camino hacia la estética del fascismo», afirmó el ganador del Óscar ante un auditorio que respondió con ovación cerrada.

Para el realizador de «El laberinto del fauno», la sustitución de la creación humana por algoritmos representa una amenaza existencial para la cultura: «Lo que está en juego no son empleos, sino la esencia misma de lo que nos hace humanos».

 

Su nueva producción se erige como prueba tangible de su postura. «Cada escenario, cada maquillaje, cada efecto en Frankenstein es tangible, real», explicó el cineasta. «Es una ópera cinematográfica creada por humanos para humanos. El arte no es un lujo, es una necesidad urgente».

La presentación culminó con una declaración que se volvió viral: «A la IA solo puedo decirle una cosa: que se vaya al carajo», expresó ante el júbilo del público.

 

El pronunciamiento de Del Toro llega en un momento crítico para la industria. El reciente caso de Tilly Norwood, una actriz completamente generada por IA que busca papeles protagónicos, ha encendido las alarmas entre la comunidad actoral. Figuras como Emily Blunt y Melissa Barrera han calificado el fenómeno como «aterrador» y «repugnante».

La preocupación central radica en dos frentes: La sustitución de talento humano mediante réplicas digitales y la erosión del proceso creativo tradicional en guionismo y diseño

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