Paris Jackson, hija del fallecido Michael Jackson, libra una batalla legal contra los administradores del patrimonio de su padre. La joven de 27 años presentó una demanda en tribunales de California, acusando a los ejecutores John Branca y John McClain de realizar pagos indebidos y operar con secretismo. Este conflicto estalla 16 años después de la muerte del ícono musical, revelando tensiones en la gestión de su legado multimillonario.
En su defensa, los administradores revelaron que Paris ya recibió aproximadamente 65 millones de dólares de la herencia. Argumentan que su gestión rescató un patrimonio que estaba en quiebra con deudas superiores a $500 millones, transformándolo en un imperio valorado en más de $2,000 millones que beneficia a ella y sus hermanos.
El equipo legal de Paris impugna unos pagos «premium» de $625,000 dólares a bufetes de abogados en 2018. Alegan que fueron «gratuidades injustificadas» por trabajos no registrados oficialmente. La propia Paris comparó a los ejecutores con el «Mago de Oz», acusándolos de operar con un secretismo que impide ver detrás de la cortina.
Ella solicita anular una orden judicial de 2010 que permite a los administradores pagar honorarios legales sin la aprobación previa de un juez. Esto, busca otorgar un mayor control y supervisión judicial sobre los gastos del patrimonio.
Los ejecutores, John Branca y John McClain, calificaron la demanda de «infundada y difamatoria». Su abogado, Jonathan Steinsapir, destacó que todos los desembolsos cuentan con la aprobación del tribunal testamentario. Subrayaron que los pagos cuestionados son compensaciones por servicios extraordinarios, no regalos arbitrarios.
Argumentan que el reclamo de Paris viola la ley anti-SLAPP de California, diseñada para proteger contra demandas abusivas. Insisten en que su gestión salvó el patrimonio de Michael Jackson de la bancarrota y generó los enormes beneficios que ahora disfrutan los herederos.






























