Cerca de 30 personas se manifestaron afuera de palacio municipal en demanda de mejores condiciones de venta, pues desde 2015 no han podido superar el bache económico a causa de las diferentes trabas que les han impuesto, mismas que siguen en este gobierno.
Al respecto, el presidente de la Unión de Introductores del Estado de Puebla, Juan Carlo Muñoz, narró que prácticamente las dos líneas de sacrificio en el rastro no operan, menos la de bovinos, por lo que exigió una respuesta porque sus pérdidas oscilan en los cinco millones de pesos.
Mencionó que antes sacrificaban ocho mil cabezas de cerdo y cuatro mil de bovinos, ahora ni una sola, significando un detrimento no sólo en su economía sino también para el ayuntamiento de Puebla.
“Hemos tenido pérdidas económicas por cinco millones de pesos, por falta de matanza y decomisos. No hay voluntad para dar solución al rastro, es el principal abastecedor de carne”, indicó.
Lo anterior ha propiciado que aumente el clandestinaje, aunado a que ellos tengan que vender en situaciones deplorables como si estuvieran en los años 50.
También los quejosos informaron que esta situación se recrudeció desde que el rastro alcanzó el estatus TIF, pues las reglas para la matanza son varias y muchas veces, los productores no las logran y, en consecuencias, ellos no pueden ofrecer el producto.