El 2020 será recordado como el año que no fue, si bien quedará en los anales de la Historia como el de la pandemia del SARS-CoV-2 con un registro de millones de fallecidos afectados por un patógeno cuyo origen sigue siendo incierto.
Hay gente que ha visto pasar el año en medio de noticias calamitosas, con las agendas truncadas por la urgencia sanitaria derivada de la pandemia, las personas han pasado más tiempo en sus respectivas casas bajo la incertidumbre y la expectación de una vorágine de contagios que en algunos casos han tenido un desenlace fatal.
Si este año ha quedado maldito por la pandemia también ha sido el año de la ciencia: más de 150 proyectos registrados en tiempo récord de todas partes del mundo para desarrollar, desde vacunas hasta placebos, contra la plaga invisible del coronavirus.
Nunca antes se había inventado una inmunización en tan corto tiempo, nunca antes en el largo historial de las vacunas, sin embargo, en menos de medio año, Rusia ya había registrado Sputnik V el pasado 11 de agosto y un mes después, China presentaba su primera inmunización contra el Covid-19 dentro de un largo periplo de otras vacunas en experimentación.
En Reino Unido, la farmacéutica norteamericana Pfizer en convenio con el laboratorio germano BioNTech, arrancó con su programa de vacunación el pasado 8 de diciembre atendiendo primero a los mayores de más de 80 años así como a cuidadores y a personal sanitario.
Unos días más tarde, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) autorizó el uso de Pfizer en la Unión Americana y luego lo hizo también con la vacuna de Moderna.
Ambas inmunizaciones -Pfizer y Moderna- comparten una tecnología vanguardista a partir del RNA mensajero cuyas características de conservación implica su mantenimiento, la primera a 70 grados bajo cero y la segunda, por debajo de los 20 grados.
En la Unión Europea (UE), la Agencia Europea del Medicamento dio luz verde para la utilización de emergencia del suero de Pfizer a partir del 27 de diciembre en todos los países miembros del club europeo.
Hace unos días diversos líderes políticos decidieron vacunarse en público ante los medios de comunicación para enviar el mensaje a la población de que las vacunas fast track son seguras.
En Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu, recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer delante de los medios de comunicación para “darle confianza a la gente”; en Estados Unidos, el vicepresidente Mike Pence lo hizo también ante las cámaras y el presidente electo, Joe Biden, recogió el reto político de Pence secundándolo igualmente para hacerlo público mientras en Rusia, el mandatario Vlamidir Putin, confirma que se pondrá Sputnik V.
A COLACIÓN
La farmacéutica norteamericana en conjunción con el laboratorio alemán BioNTech se ha comprometido a distribuir in extremis un total de 50 millones de viales a Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, México, Israel, Japón y los 27 países de la UE.
Por lo pronto, estos países deberán conformarse con las dosis inmediatas porque los planes se han acortado ante la falta de suministro de los insumos necesarios para la fabricación de los sueros.
Ahora bien, ante la duda de si el coronavirus muta, la respuesta es afirmativa: hay varias variaciones del coronavirus original encontrado en Wuhan según los estudios publicados en la revista “Frontiers in microbiology” la cepa L es la original detectada en Wuhan; luego vino una primera variación, a la cepa S a inicios de 2020 y empezaron otras subsecuentes en la medida que la propagación sobrepasó los continentes.
Además de la L están identificadas la cepa S; la cepa V; la cepa G, ésta volvió a mutar y a mutar hasta originar la cepa GR y la cepa GH; después de analizar a pacientes de todos el mundo, los científicos coincidieron en señalar lo siguiente: “Se ha detectado que la cepa L y la V van en decremento mientras la G, GR y GH van al alza; la GR en América del Sur y la GH en Francia, Alemania y América del Norte; la S también está en auge en Estados Unidos y España”.
«La cepa G y sus cepas relacionadas GR y GH son, con mucho, las más extendidas, representando el 74% de todas las secuencias de genes que hemos analizado; y tienen cuatro mutaciones, dos de las cuales son capaces de cambiar la secuencia de la ARN polimerasa y las proteínas Spike del virus. Esta característica probablemente facilita la propagación del virus”, de acuerdo con la publicación. Actualmente hay una nueva cepa en Reino Unido, otra en Sudáfrica y Nigeria está reportando, al parecer, una nueva variación… los científicos ya están estudiándolas.