Como en cualquier profesión, la especialización siempre es importante, toda vez que se puede profundizar en el dominio de conocimientos teóricos, técnicos y metodológicos para desarrollar habilidades concretas de un tema o área determinada. Y si hay un sector donde la formación de expertos es cada vez más relevante y necesaria, es el de la comunicación, más concretamente en las áreas en las que el uso de la voz es primordial, donde hay locutores (de cabina) y conductores (de noticias) que se dedican a la transmisión de mensajes, ya sean publicitarios y de entretenimiento o informativos respectivamente; todas y todos tienen una función concreta y dirigida a públicos diferentes.
Por eso es importante diferenciar lo que hacen cada uno de estos profesionales. De tal forma que establezco puntual concentración en esta misiva narrativa y de periodismo de opinión, en las mujeres y hombres que ejercen su quehacer dentro de la radiodifusión.
El locutor de cabina tiene por tarea propia leer lo que un productor le ha dado en un guion, ya sea para anunciar productos o promover un servicio, hacer mención de actividades institucionales, de gobierno o propias de la empresa para la que labora; también puede leer boletines informativos o hacer entrevistas, siempre y cuando se le den las preguntas por escrito o bien que la conversación sea del área en la que específicamente se desarrolla, pues comprendemos que generalmente las y los locutores frente a un micrófono al aire, presentan canciones, leen artículos breves, ofrecen recomendaciones, dan la hora, brindando entretenimiento y diversión dentro de sus espacios en la barra programática. Aclaro que esto no les hace ignorantes, ni incultos, simplemente son especialistas ¿ok?
Las y los locutores saben hablar con su público y se conectan con el únicamente a través de la voz, enfatizando en palabras claves y modulando diferentes tonalidades, haciéndose versátiles frente a un micrófono, sin embargo, eso no les hace conductores de noticiarios, pues esta labor recae específicamente en periodistas, quienes incluso pueden no conocer de técnicas de voz, gesticulación o respiración.
Conducir un espacio informativo, significa convertirse en quienes, frente a la audiencia representan la cara del noticiario y son responsables de leer noticias incluso con un tono auditivo característico, hacen entrevistas de profundidad, introducen y cierran entrevistas, dan paso a otros conductores de secciones como el clima, deportes; presentan a sus colaboradores, columnistas o cronistas y aunque pueden hacer labor comercial al leer menciones de patrocinadores, las harán más como una acción de conferir prestigio a la marca de la que hagan referencia y no con las capacidades vocales que aplica un profesional de la locución.
En resumen, el locutor no tiene la obligación de saber de periodismo, redacción, ni edición informativa, solo debe preocuparse por su dicción, cuidar el timbre y tono de voz e interpretación, así como dar seguimiento al ritmo de su locución, mantener contacto con el público general de la estación mostrando la cara agradable y de diversión para la radiodifusora. Hay que reconocer que la gran mayoría de las y los locutores en nuestro país, también desarrollan labores técnicas al operar las consolas de audio, contestar teléfonos y en los nuevos tiempos digitales, hasta enviar saludos por redes sociales cuando están en corte comercial.
Una labor muy completa que no hacen las y los conductores de noticias, pues estos tienen la obligación de saber de cultura general, noticias de deporte, cultura, nacionales, internacionales, economía y política, además de redacción, ortografía, y gramática. Los periodistas al aire son parte fundamental dentro de la maquinaria interna de la estación de radio, pues los noticiarios e informativos pueden significar la estructura de poder en lo que conocemos como “generación de opinión pública”, así que su rango de responsabilidad es más sensible para los intereses de la empresa. No es la voz, sino lo que el conductor diga, lo que brinda credibilidad a un espacio de noticias.
Así que, la insistencia es en la especialización para cada uno de estos profesionales dentro de una empresa radiofónica. Los periodistas deben capacitarse y actualizarse en el acontecer diario para darlo a conocer de forma objetiva, veraz y eficiente, mientras que las y los locutores, deben tener la capacidad de transmitir emociones, estados de ánimo e incomparables sensaciones con sus palabras, para generar imágenes acústicas.
Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!
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