Los avances de la medicina cada día nos impactan más y esta vez no es la excepción.
Científicos estadounidenses trabajaron en un experimento de edición genética con tecnología CRISPR el cual logró que un grupo de personas que sufren pérdida de visión a causa de una enfermedad llamada Amaurosis congénita de Leber, recuperaran la vista parcialmente al grado que ahora pueden detectar objetos con facilidad y distinguir la gama de colores. Los resultados son revolucionarios y les devuelven la esperanza a millones de personas que padecen cegueras congénitas.
Un grupo de científicos del departamento de Casey Eye perteneciente a la Universidad de salud y ciencia de Oregon en colaboración con el Startup biotecnológico de edición genética ‘Editas Medicine’, realizaron un estudio con siete voluntarios que sufren de una rara enfermedad genética conocida como Amaurosis congénita de Leber o ACV, que conduce a la pérdida de visión total.
Dicho experimento arrojo datos sorprendentes los cuales fueron publicados en la revista científica Editas Medicine, revelan evidencia de que el enfoque está funcionando mejorando la visión de cinco de los siete pacientes participantes.
Pero ¿Qué es esta técnica?
Apodada tijeras genéticas y corta-pega genético, CRISPR es una herramienta de cortar y pegar ADN, cortar un gen que causa una enfermedad y cambiarlo por otro que no provoque ese problema.
Se basa en el mecanismo natural que emplean las bacterias para defenderse de los virus. Su sistema inmunitario es capaz de recordar secuencias del ADN de virus que las han atacado. En el caso de que vuelvan a ser atacadas, activa una especie de tijera molecular, la más frecuente es una enzima llamada Cas9, que lo que hace es cortar la cadena de material genético del virus para impedirle que se replique.
¿Quién descubrió esta magnífica y esperanzadora técnica?
Fue el microbiólogo español Francisco Mojica, de la Universidad de Alicante, experto en bacterias, quien descubrió este mecanismo y lo bautizó como CRISPR, las siglas en inglés de “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas”, en 2005.
Gracias a este descubrimiento se han realizado varios estudios del funcionamiento de este mecanismo y la científica francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer A. Doudna, creadoras de la tecnología CRISPR con ‘tijeras genéticas’, se hayan llevado el Premio Nobel de Química 2020 por el mejoramiento de esta técnica.
No cabe duda que este será el principio para la ‘cura’ de muchas enfermedades.